Salvaje

Uno de los sitios trendy. Los meseros no te dejan terminar el plato y te sirven los tragos a una velocidad que no te deja disfrutarlos. Otras veces se demoran una eternidad para una bebida. La comida está bien. Pero el ambiente es caótico. Creo que es la idea del restaurante. Como para empezar un viernes antes de unos drinks en otro lado. No para un plan chill

El Ambiente muy agradable y acogedor, la Comida excelente pero muy costosa. En un principio la atención muy demorada para tomar el pedido, pero para servir los platos ya fue rápida y los meseros muy atentos.

Es salvaje. De los mejores sino el mejor restaurante que hay hoy en Bogota. Recomendadisimo, no alcance a tomar una sola foto porque te sirven muy rápido y es tan pero tan Rico que de verdad es inevitable empezar a comer de una. Los Baum’s de short rib 10/10 los champiñones trufados 10/10 el choco al final delicioso... la atención demasiado buena no entiendo los demás comentarios. La música y ambiente es del ptas

Hace rato no damos con un restaurante que nos sorprendiera. No teníamos tan altas expectativas, pero superó los pronósticos. Pedimos muchos platos para compartir y estuvieron demasiado ricos. Arroz vegetariano, pargo asado, dumplings de champiñones, camarones en salsa, coliflor, sushi de salmón con salsa de maracuya, carpachio de salmon, sopa de miso, postre de limón, volcán de chocolate. El servicio es demasiado lento, aunque los meseros amables y pendientes. El playlist muy flojo, aunque la decoración muy bonita. Lo recomiendo, pero con reserva previa.

Al grano: no vale la pena. Es el restaurante de moda, el lugar para “dejarse ver”. Pero si hablamos de lo fundamental de un restaurante, no pasa la prueba. El servicio es regular, con unos meseros más preocupados por verse “cool” que por atender bien. La carta tiene platos interesantes, pero al mismo tiempo algunos platos decepcionantes. Y para completar, los precios son astronómicos.