He visitado este restaurante en varias ocasiones y la experiencia suele ser buena (si soportas hacer fila) pero esta vez la comida tuvo problemas. Pedimos pasta y salieron partes crudas; y el salteado de camarones venía sobre una “cama de lechuga” vieja. Por el precio y el tipo de restaurante estas son cosas que no deberían pasar.
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Esta vez fue una experiencia diferente porque (milagrosamente) no había fila. Eso significó no tener que esperar para la mesa, que el servicio fue mucho más ágil y que no fue tan ruidoso. La comida es buena pero las porciones son pequeñas cuando se tiene en cuenta el precio, eso es razón suficiente para preferir otros lugares.
Los platos son de buen sabor aunque bastante pequeños para el precio. El lugar es muy bonito pero también muy ruidoso y se hace muy difícil hablar con las personas de tu propia mesa. Finalmente el servicio, aunque amable, es demasiado lento. Hay que esperar pare tener mesa, esperar que te atiendan y luego esperar mucho tiempo para que traigan los platos.
Todo me encanta, los sabores del mar y la atención profesional, hacen que la experiencia sea muy deliciosa. En mis viajes a Bogotá, se ha convertido en una parada obligada.
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