¡Qué decepción!
El pato, aunque de buen sabor, estaba seco, con poco de la anunciada salsa de tamarindo y con un coco que no estaba en la carta. No es costumbre en los buenos restaurantes llegarle al comensal con sorpresitas.
La entrada de palmitos gratinados estaba sencillamente incomible. Los palmitos durísimos. La entrada de espárragos y hongos estuvo bien, con una salsa muy rica, pero algo aguada. La sopa de tomate verdaderamente deliciosa. El lomo sabroso, así como la pizza que se pidió.
Por el lado del servicio, la cosa sí que estuvo mal. El mesero despistadísimo. No trajo todas las bebidas, se desaparecía. Tocaba pararse para buscarlo. Ah pero eso sí cometiendo la indecencia de servirle a uno el vino. Horror de los horrores.
El ambiente sí estuvo estupendo.
Sinceramente sentí que hoy 30 de diciembre estaban los reemplazos. No creo que hubiese un chef a cargo sino el asistente del sous-chef. Los meseros con poquísima experiencia parecían los reemplazos de los reemplazos.
Hacía 3 años no iba a El Tambor. ¡Qué decepción! Del sitio aquél de carne jugosa, mazorcas deliciosas y sabrosas papas, yucas, plátanos y morcillas queda poco, muy poco. No vale la pena pegarse el viaje a la Calera y pagar peaje para encontrarse con semejante disminución en la calidad de la comida. Ah y ahora no tienen varias de las cosas que aparecen en el menú.
Tenía mayores expectativas sobre el restaurante, la verdad. Me sucedió una cosa extraña con mi plato. Pedí un filete de pescado cubierto de pistacho, la mitad del mismo estaba verdaderamente delicioso, pero la otra mitad completamente insípido.
La verdad pienso que este restaurante está sobrevalorado. La comida es buena pero tampoco nada especial. Las carnes son su especialidad, porque la verdad el atún que me tocó muy regular, desabrido más bien.
El ambiente regular, muy sobrio y el paisaje nada del otro mundo. Las meseras de poca experiencia, olvidan cosas básicas.
Como en todos los restaurantes Rausch, nos ha ido bien con las entradas y regular con los platos fuertes. La Cassoulet, el Steak Bearnaise y la Ensalada Cesar muy regulares. El Chicken Tika y el Fetuccini con Langostinos estuvieron bien. De las entradas la mejor, de lejos, la de Palmitos del Putumayo. El vino Spes muy bueno. Gran servicio y el ambiente bien.
De los mejores restaurantes mexicanos de Bogotá. Deliciosa la comida y muy atentos y serviciales.
Todos los platos muy ricos y las botanas sabrosísimas, especialmente la de pulpo.
Ayer fue algo así como la sexta vez que venía a este restaurante. Estuvo bien, en general todos los platos estuvieron bien calificados. Los que más gustaron fueren la sopa Pomodoro y la Papardelle Stabilimento. El Ravioli con Ragú de Cerdo estuvo rico, así como el Gnochi al Formaggi. Los jugos eso sí muy regulares, demasiado espesos y sin dulce. No sé si es impresión pero siento que han desmejorado algo.
Extrañamente no conocía este restaurante muy recomendado por amigos y miembros de Degusta. Desafortunadamente no me fue tan bien como lo esperaba. Las Albondigas de cordero y Labneh estuvieron sabrosas, pero no lo estuvo tanto el Pulpo a la parrilla, aunque hay que decir que las tajadas de papa cremosa sobre las que estaba el pulpo estaban exquisitas. En cuento a los fuertes mi Roastbeef llegó tibio y se terminó de enfriar muy rápido aunque de sabor estaba bien. Los Moules Marinieres muy sabrosos según mi compañera comensal. Nos tocó un mesero de esos que no saben de etiqueta y sin preguntar le fue sirviendo el vino a quien iba a manejar y no pensaba beber más...
Harry Sasson
¡Qué decepción! El pato, aunque de buen sabor, estaba seco, con poco de la anunciada salsa de tamarindo y con un coco que no estaba en la carta. No es costumbre en los buenos restaurantes llegarle al comensal con sorpresitas. La entrada de palmitos gratinados estaba sencillamente incomible. Los palmitos durísimos. La entrada de espárragos y hongos estuvo bien, con una salsa muy rica, pero algo aguada. La sopa de tomate verdaderamente deliciosa. El lomo sabroso, así como la pizza que se pidió. Por el lado del servicio, la cosa sí que estuvo mal. El mesero despistadísimo. No trajo todas las bebidas, se desaparecía. Tocaba pararse para buscarlo. Ah pero eso sí cometiendo la indecencia de servirle a uno el vino. Horror de los horrores. El ambiente sí estuvo estupendo. Sinceramente sentí que hoy 30 de diciembre estaban los reemplazos. No creo que hubiese un chef a cargo sino el asistente del sous-chef. Los meseros con poquísima experiencia parecían los reemplazos de los reemplazos.
El Tambor (La Calera)
Hacía 3 años no iba a El Tambor. ¡Qué decepción! Del sitio aquél de carne jugosa, mazorcas deliciosas y sabrosas papas, yucas, plátanos y morcillas queda poco, muy poco. No vale la pena pegarse el viaje a la Calera y pagar peaje para encontrarse con semejante disminución en la calidad de la comida. Ah y ahora no tienen varias de las cosas que aparecen en el menú.
Amarti
Tenía mayores expectativas sobre el restaurante, la verdad. Me sucedió una cosa extraña con mi plato. Pedí un filete de pescado cubierto de pistacho, la mitad del mismo estaba verdaderamente delicioso, pero la otra mitad completamente insípido.
El Molino
La verdad pienso que este restaurante está sobrevalorado. La comida es buena pero tampoco nada especial. Las carnes son su especialidad, porque la verdad el atún que me tocó muy regular, desabrido más bien. El ambiente regular, muy sobrio y el paisaje nada del otro mundo. Las meseras de poca experiencia, olvidan cosas básicas.
14 Inkas (Calle 95)
Es bueno en pescados y mariscos, pero el cerdo estaba seco. Los ceviches son especialmente sabrosos. Ah y el vino Syrah riquísimo.
Bistronomy (Usaquen)
Como en todos los restaurantes Rausch, nos ha ido bien con las entradas y regular con los platos fuertes. La Cassoulet, el Steak Bearnaise y la Ensalada Cesar muy regulares. El Chicken Tika y el Fetuccini con Langostinos estuvieron bien. De las entradas la mejor, de lejos, la de Palmitos del Putumayo. El vino Spes muy bueno. Gran servicio y el ambiente bien.
El Techo Mexicano
No me gustó el ambiente por el tipo de comensales que había. La comida no es mala pero esperaba algo mejor.
Entre Cuates
De los mejores restaurantes mexicanos de Bogotá. Deliciosa la comida y muy atentos y serviciales. Todos los platos muy ricos y las botanas sabrosísimas, especialmente la de pulpo.
La Fabbricca
Ayer fue algo así como la sexta vez que venía a este restaurante. Estuvo bien, en general todos los platos estuvieron bien calificados. Los que más gustaron fueren la sopa Pomodoro y la Papardelle Stabilimento. El Ravioli con Ragú de Cerdo estuvo rico, así como el Gnochi al Formaggi. Los jugos eso sí muy regulares, demasiado espesos y sin dulce. No sé si es impresión pero siento que han desmejorado algo.
La Brasserie
Extrañamente no conocía este restaurante muy recomendado por amigos y miembros de Degusta. Desafortunadamente no me fue tan bien como lo esperaba. Las Albondigas de cordero y Labneh estuvieron sabrosas, pero no lo estuvo tanto el Pulpo a la parrilla, aunque hay que decir que las tajadas de papa cremosa sobre las que estaba el pulpo estaban exquisitas. En cuento a los fuertes mi Roastbeef llegó tibio y se terminó de enfriar muy rápido aunque de sabor estaba bien. Los Moules Marinieres muy sabrosos según mi compañera comensal. Nos tocó un mesero de esos que no saben de etiqueta y sin preguntar le fue sirviendo el vino a quien iba a manejar y no pensaba beber más...