Un sito muy acogedor, excelente ambiente, decoración y atención del personal. Sin embargo, la comida se queda corta... Entradas sin mucho sabor, el tiradito nikkei estaba malisimo, pero las costillas estaban muy bien; donde realmente se caen, en mi opinión, es a la hora de los postres... Pésimos, llenos de dulce y sin mucho sabor. No probé los cocteles, pero se veían bien.

Mi restaurante favorito de comida asiática en Bogotá. El concepto de compartir los platos me parece extraordinario, la sazón es inigualable y el ambiente excelente. Todos los rollos maki son increíbles, las hamburguesas de pescado inigualables... No se pierdan este restaurante por favor!

No entiendo cómo catalogan a este restaurante como uno de los mejores de Bogotá. En mi opinión, es demasiado pequeño, ambiente no es nada especial y el servicio es muy malo. Hicimos una reserva para dos personas y nos dejaron en la barra durante toda la experiencia; la comida no sobresale a excepción de 1 plato. No volveré.

Ambiente muy sobrio, que se empieza a tornar aburridor. Entiendo que sea un restaurante con estilo francés, pero creo que la ambientación podría mejorar. En cuanto a la comida: de entrada el bisque de langosta me parece increíble, se siente mucho 3l sabor a langosta y sin duda es uno de los mejores platos que he llegado a probar. Sin embargo, el fuerte sí que se queda flojo, la langosta thermidor no tiene nada de sobresaliente, una preparación sencilla que se encuentra en cualquier lugar. La cazuela de mariscos al estilo caracol sí que me decepcionó, el caldo no tenía ese sabor auténtico de cualquier cazuela y se tornó en un plato malo. Los postres que se consiguen en cualquier lugar, nada de originalidad, sumado al ambiente me parece que se convierte en un restaurante al que no volvería. El servicio es bueno.

La primera vez que fui no me gustó en lo más mínimo, las papas no tenían queso y la tocineta ni se veía en el plato. Pero esta vez sí que me convenció, las cheesy chilli fries tenían bastante queso y chilli, la hamburguesa smoke house doble estaba sencillamente espectacular, la mezcla de la tocineta con el queso y los aros de cebolla hacían de la hamburguesa una verdadera obra de arte... Tal vez sea la única que valga la pena probar, ya que la route 66 me pareció muy normal. Por otra parte, las malteadas son buenas pero no excelentes.

El ambiente del restaurante es bueno, sin embargo, la comida es más bien regular... El único plato que destaca de la carta es la langosta, ya que la cazuela de mariscos viene demasiado condimentada... La mojarra es grande pero la sazón no me termina de convencer. En fin, el restaurante es demasiado costoso para el tipo de preparaciones que ofrece.

Definitivamente es de los mejores restaurantes que se pueden encontrar en Bogotá. Debo confesar que no me había ido muy bien con la comida peruana en cualquiera de sus presentaciones, pero Osk logró fusionar el picante japonés con la autenticidad criolla y déjenme decirles que crearon algo sencillamente espectacular. Ordené la experiencia Osaka, donde van sirviendo platos de centro, estos platos representan las tres cocinas del restaurante. En ellos se sirven sushis niguiris y makis, así como ceviches y arroces. A mí parecer, el menú para los que no han ido es excelente, ya que se degustan muchas preparaciones y alarga la estadía en un sitio bien agradable. Las bebidas no me sorprendieron tanto como los platos, sin embargo, volveré para degustar una cantidad de ceviches que me quedaron sonando. El precio del menú es de 125.000 sin bebidas.

Sigue siendo un restaurante top en la ciudad, sin embargo, el pan que ofrecen es deprimente, parece de 200 pesos... Nada que ver para el sitio. Los platos fuertes tienden a demorarse más de lo normal, pero son muy buenos; en especial el risotto y el lomo a la pimienta. Los gin tonic como siempre increíbles y la esfera de chocolate sencillamente espectacular. Lo recomiendo para cualquier ocasión, en especial si es un cumpleaños.

Aún no me explico cómo es que este restaurante se llena tanto, las filas de carros que se ven todos los fines de semana, hacen pensar que el sitio ofrece un ambiente y comida espectaculares, cuando no es así. De entrada pedí arepa con chicharrón y guacamole y déjenme decirles que el chicharrón estaba duro y sin sazón. Por otra parte, los medallones a la pimienta, de plato fuerte me decepcionaron por completo, no me preguntaron qué término quería la carne y la salsa de pimienta parecía que tuviera sólo sal. El servicio supremamente demorado, pedí 4 veces unos cubiertos que nunca llegaron y por ende me tocó buscarlos a mí mismo, además y para terminar de empeorar la experiencia, dejé accidentalmente mis gafas encima de la mesa y me fui. Cuando volví 25 minutos después me dice la mesera: si no están encima de la mesa es que se las llevaron... O sea ni siquiera me dice, tal vez estén en objetos perdidos o permítame reviso con mis compañeros... Fatal.

Increíble la ubicación, el concepto y en especial la comida. De entrada las muelas de cangrejo son sencillamente increíbles, no tanto por la sazón sino por el pan que las acompaña. De plato fuerte pedí el bloque de lomo en salsa de queso azul y déjenme decirles que es espectacular; de las mejores salsas que he probado. El chuletón de res estaba muy bueno así como los langostinos al sartén. La atención es personalizada y se merece 5 estrellas sin lugar a duda. Volveré a probar muchas más cosas como los postres.