Soy un gran amante de La Candelaria. Son frecuentes mis paseos por sus calles. En esta ocasión mi sorpresa fue cuando entre en un nuevo restaurante. Mi idea era mirar y así poder ver la casa por dentro. Me sorprendió tanto color, la sencillez y la calidez que allí había. Así que decidí mirar la carta. De una vez me antojé de la cremita de langosta, simplemente espectacular. De fuerte me pedí un Baby Beef. La carne es al carbón y viene con papitas rústicas y ensalada de la casa. En esta ocasión no llegue al postre pero la próxima no lo perdono. Recomiendo este sitio, es lindo. Tiene un personal atento. Los propietarios están al frente y se nota. Tiene muchos detalles. Con la comida me hicieron transportarme a mi infancia. Buen lugar, muy buena materia prima y un precio muy amable.

El sitio esta muy conseguido. Nos pasaron a la barra donde nos atendieron de inicio muy bien el personal de barra. Al poco tiempo nos pasaron a una mesa. De entrada pedimos unas alcachofas, ricas pero dificiles de comer por las hojas. De fuerte pedimos una milanesa de pollo con rucula y parmesano(muy regular la milanesa la rucula iba con los tallos enteros y muy poco parmesano), pedimos la pasta Cacio & Pepe de acompañante muy rica, nos recomendaron los langostinos con cebolla caramelizada sobre queso y los devolvimos pues tenia mucho peperon chino y no encontramos el sabor de nada en el plato. Pedimos cambiarlo por un risoto de hongos que estaba muy rico pero el rissotto no estaba hecho con arroz bomba y se quedo un poco duro, de postre pedimos un tiramisu que era un bizcochio desestruturado con toques de cafe(recomiendo que lo analicen). Es un restaurante nuevo y por eso hay que darle un tiempo para que mejore. La deco y el espacio están muy bonitos pero la comida no es exitosa ,es cara y poca cantidad para lo que cobran.

Una entrada de unas tortillas tipo mexicanas que en vez de tortilla traen lechuga y solo vienen 3 lechugas para severa cantidad de entrada, no es equilibrado. La carne agridulce no estaba como es y el servicio cero coordinado. Me quedo con alguna franquicia que he visitado en USA.

Comencemos con el local , deco y ambientacion. El sitio es recogido y no por ello pequeño. La mejor zona es la terracita y debemos recordar que es una pozzeria. El servicio no es malo, pero tampoco es delicado. A nosotros nos toco una mesera muy agradable pero que se notaba que hacia poco que estaba en el negocio. Las pizzas tengo que decir que aun no he ido a chicago, pero me parece una pizza distinta y rica. Tienen un surtido de cervezas distintas y para los paladares exigentes. Volvere siempre que continuen cuidando esa calidad de pizza.

El sitio es bonito, un poco enrevesado hasta que te sientan. La carta es corta pero buena nos encanto el cordero al curry. El sommelier fantástico.

Restaurante ambiente íntimo, elegante. La comida esta buena. Carta corta y concisa pero con suficiente para satisfacer a todos. Hay una entrada de cochinillo que recomiendo y me gusto mucho el lomo. Recomiendo este sitio para una cena intima y distendida.

El otro día volví a este restaurante en el que tiempo atrás me había ido muy bien con la comida y me lleve una mala sorpresa. Resumo que la carne es de baja calidad y estofada para camuflar la baja calidad y lo que venden como barato en realidad es un precio irrisorio para el producto que están dando. No volveré, que tomadura de pelo. Si uno da calidad se nota, si das porquería también y no es digno dar mala calidad de producto y venderlo como barato camuflado en salsas y carnes estofadas.

Es un sitio de tragos en la ubicación del antiguo Chacha. El sitio esta bien y es divertido. Pero lo que llaman restaurante es una vergüenza, es un burger con una carta cortisima y una sazón pésima. Ademas huele a cocina. Si montan bares que se anuncien como bares por dar hamburguesas y fritos eso no es restaurante.

Buenos fingers de queso servidos en forma triangular ( la honey mustard como distinta, no me gusto), hamburguesa de res con queso (pan de hamburguesa es de mercado, no lo hacen ellos y va sin tocineta, carne al carbon eso es lo que la salva lo que le falto es lo que le cumbria), aros de cebolla (buena cantidad, demasiada tempura con cero sabor). El cheesecake muy flojo. El sitio prometia mas de lo que encontramos.

Este restaurante me esta sorprendiendo cada vez que vengo. El ambiente y la decoracion es totalmente distinto a todo lo que hay en la ciudad, realmente te transporta fuera de Bogota. El otro día pregunte que por que el precio tan elevado de los cocktails y me explicaron que los hacen con bebidas premiun (cosa que realmente se nota la diferencia). La carta me parecía no muy amplia y resulta que han metido una buena variedad de platos nuevos pero que aun no están en carta por que están esperando la impresión de las nuevas castas (recomiendo las rollitos de pollo con salsa búfalo y el lomo balsámico esta brutal). Los jugos me mataron aunque yo pedi una limonada hiervabuena. La cantidad de comida es algo que no se ve en muchos sitios y me cautivan todos los detalles. Es sin dudar un nuevo clasico en esta ciudad. Por cierto no podemos olvidar los gin & tonic que son brutales y me dejo matado el detalle con mi amigo que es celiaco y pudo tomarse las patatas fritas feliz y otras tantas opciones para las personas que sufren de este problema.