Sigue siendo delicioso, para destacar además de la comida, la atención y la música. Joaquín Sabina siempre suena perfecto ahí.

Ambas sedes son chéveres, me gusta sobretodo que se presta para que lo visiten desde parejas y amigos hasta familias con niños. En cuanto a la comida las veces que he ido me ha encantado, (tengo dudas con las limonadas porque por lo menos a la de mango biche, siempre le hace falta limón), además justamente hoy, mi acompañante pidió el solomito; preguntaron con cuál término prefería la carne y dijo que azul, siendo conscientes que para ese término la carne debe tener un corte grueso; cuando llegó la carne de corte delgado no tenía término azul obviamente y por ende pensamos que no debían dar la opción de los términos. En general la comida es rica, el lugar, la idea y las personas del servicio tienen una gran energía.

Los desayunos son deliciosos y los postres increíbles!!! Las porciones son perfectas. El café no me gustó tanto la última vez que fui. Soy fan de este lugar.

Me encanta que los bocados de los rollos actualmente sean más gruesos que antes; Nagasaki y Maki, recomendados. Todos son muy gentiles sin embargo la comida se tardó más de lo esperado.

La comida estuvo rica pero teníamos muchas expectativas y no las cumplió. El postre "Golpe Brutal" es increíble y los términos de las carnes, acorde a lo que pedimos. Es innovador, fresco y tranquilo; aunque hubo fallas en el servicio, estuvieron atentos a las sugerencias.

Ya había ido y no había quedado satisfecha, volví y puedo decir que borré la experiencia anterior. Recomiendo el ceviche Nikkei y la causa tricolor, delicioso todo. El servicio muy bueno incluso estando lleno el restaurante.

Perfecto para compartir con varias personas ya que sus platos son grandes, de hecho ese es el objetivo del lugar. Es muy bonito, acogedor. La comida es deliciosa y las personas que atienden son atentas y buscan asesorar de la mejor manera. La última vez que fui la comida se demoró un poquito más de lo esperado, pero el sabor hizo que valiera la espera. Alambique siempre será una buena opción.

Uno de los hummus más ricos que he probado. Para ser un lugar tan pequeño, logra encantar con su música y las luces.

He ido varias veces a comer a dos de las sedes, y es rico, sin embargo la atención es desalentadora. Hay que procurar motivar a los empleados para que mejoren su actitud de servicio.

Es un lugar que promete por su comida y servicio, la comida es deliciosa, pero sin duda el servicio es increíble, se evidencia el gusto y el conocimiento de los platos de las personas que venden. Volveré.