La carta es variada. Las porciones son relativamente grandes. Aunque el local tiene muchas mesas, la espera puede ser larga en hora pico. El personal es amable, pero los platos no salen con celeridad.
Los Calamares Apanados llevaban Zucchini apanado y Tomates Cherry, buenos.
Las pastas, al dente. El Fetuccine Parmiggiana es un plato estrella, delicioso sabor. Tanto el Spaghetti Alfredo como el Di Mare tienen buena cantidad de proteína, las salsas son ricas.
Lo único que no nos gustó fue que usaran Tilapia en el Di Mare porque no es de mar y nos salieron trozos con sabor terroso. Otra observación es que no hay suficiente explicación sobre los ingredientes de la mayoría de postres; aunque el Merengue Italiano es un Tres Leches relativamente suave, no es el “merengue” que acostumbramos encontrar en Colombia.
Hay nuevos platos en la carta, como oos Raviolis de Carne y el Dorado en Salsa Cítrica de Ostras. Probe este último y la salsa, sin ser verdaderamente cítrica, es rica, pues conjuga los sabores de ostras, albahaca siam, tomate, pimentón, cebolla y ajo. El pescado estaba en su punto y es una buena porción.
Los Spaghettis a la Danesa son muy buenos, pero la porción es exagerada.
La salsa de maracuyá de los Langostinos Apanados al Panko estaba un poco ácida y con una consistencia muy líquida, a diferencia de otras ocasiones.
El servicio fue desordenado y más lento de lo esperado en esta visita.
Las sopas (Wok Miso y Tom Yam) fueron ideales para un día frío y lluvioso. El Sushi de Salmón Tempura se ha ido convirtiendo en un clásico. El Stir Fry de Langostinos y Pollo es delicioso, muy bien balanceado en sabores y tamaño de porción. Con el Lok Lak se va a la fija. Lo único negativo es que deberían advertir la ausencia de algún pescado (como el atún) al entregar el menú, para no perder el tiempo seleccionando unos platos que no están disponibles.
Lo bueno: los Chilaquiles Rojos son deliciosos, con los totopos perfectos, una salsa de chile morita no tan picante y ligeramente ahumada, la untuosidad de la yema de huevo y la sazón del pollo; aunque la porción podría ser un poco justa, si no se pide una entrada. Ah, la Panceta Crujiente, ya un clásico del lugar.
Lo regular: Las Doraditas de Cerdo Adobado. No se siente el adobo del cerdo. Sin la salsa de chile pasilla y el queso, el sabor sería soso.
Lo malo: el Agua Fresca de Jamaica era todo menos fresca. A pesar de que se lo dijimos al mesero y nos ofrecieron cambiarla por otra bebida, ni nos trajeron la nueva bebida, ni la descontaron de la cuenta. Y el ambiente... imposible conversar por el volumen de la banda que tocaba afuera del restaurante.
Quedé con ganas tras haber ido al del Parque de la 93 y probé el de la 109.
Lo bueno, el pescado frito (pargo) es de los mejores que he comido en años. Perfecto en cocción. Ah, el alfajor es imperdible.
Lo regular, la yuca que acompañaba al pescado, aunque deliciosa, era poca.
Lo malo, el ambiente. Por favor, nunca se hagan en la primera mesa ubicada al fondo del local. Además del elevado volumen de la música y el parlante muy cerca, hay un mueble que utilizan para clasificar y secar los cubiertos y platos, a apenas centímetros de los comensales. Es casi insoportable el ruido. ¿No existirá otro lugar para clasificar y secar el menaje?
Excelente comida y atención, con porciones generosas y muy buena relación precio/calidad. Los ingredientes son muy frescos y las preparaciones respetan los sabores peruanos Nikkei. La carta no es muy extensa, pero hay suficiente variedad. Lo único negativo es la ausencia de jugos y limonadas, con excepción de “El Levantamuertos”. Espero regresar pronto.
Delicioso (y gigante) el Perro. No obstante, tanto el Moyashi como el Calentado estaban algo fríos. Además, los huevos del Calentado tenían la yema dura, sin solicitarla así.
No fue la mejor experiencia en esta ocasión.
Abrió hace 2 semanas y tiene un ambiente sencillo y agradable, sin música estridente.
La carta no es muy extensa, con cortes nacionales y Angus importados, pero ofrece varias opciones vegetarianas y bebidas "sparkling" como alternativa a los jugos y las alcohólicas.
Recomiendo ampliamente los Chicharrones, de los mejores que he comido por textura, jugosidad y acompañamiento (arepas y salsa de piña).
La Picanha estaba en su punto. El Lomo con Salsa de Queso Azul fue una agradable sorpresa porque la salsa tenía mucho sabor, sin ser invasiva. La Hamburguesa Texana gustó mucho por el pan, la carnosidad de la tocineta y la suavidad y jugosidad de la carne.
De postre, Tiramisú y Torta de Mora, sencillos pero bien hechos.
Las porciones son buenas (no enormes). La atención fue muy cordial y rápida. La relación precio/valor es favorable.
Tanto el espacio físico del local como el menú son una tercera parte del que estaba en casco histórico de Usaquén. No obstante, la comida que ofrecen actualmente sigue siendo excelente y con precios más ajustados a la competencia de hoy. El concepto de porciones generosas para compartir entre varios comensales se mantiene.
El Taco de Pato y el Arroz, clásicos.
La Panceta estaba suave y jugosa, complementada con la salsa y ralladura de naranja; cambiaría el pan bao dulzón por uno neutro o salado, u otro acompañamiento.
El Encebichado es agradable, pero deberían advertir que no es un cebiche peruano sino una interpretación asiática, sin cebolla, tomate y pimentón; con mucho jengibre y una leche de tigre menos ácida.
Finalmente, aunque cualquiera de los dos postres (Milhoja y Torta de Alfajor) es riquísimo, me quedo con la Torta de Alfajor por la combinación de los sabores de la lúcuma y el chocolate y la "mantequillosidad" de la masa del alfajor. Las porciones de ambos son enormes.
La atención fue impecable y, a pesar de ser domingo en hora pico, pudimos pasar a la mesa 15 minutos antes de lo que nos comunicó inicialmente el encargado.
Como en ocasiones anteriores, la comida estuvo muy rica.
La única queja (y no menor para quienes beben primordialmente agua) es que dejaron de ofrecer agua de marcas reconocidas y tradicionales (por prescindir de las botellas de plástico) y solamente hay agua filtrada. No se puede sacrificar lo más elemental (el sabor del agua) por intentar mostrarse como ecológicos. Además del ridículo y único tamaño de la botella (más de 1 litro), el agua es casi intomable por la cantidad de cloro que lleva.
El servicio fue atento, pero podría ser más rápido.
Piazza By Storia D` Amore
La carta es variada. Las porciones son relativamente grandes. Aunque el local tiene muchas mesas, la espera puede ser larga en hora pico. El personal es amable, pero los platos no salen con celeridad. Los Calamares Apanados llevaban Zucchini apanado y Tomates Cherry, buenos. Las pastas, al dente. El Fetuccine Parmiggiana es un plato estrella, delicioso sabor. Tanto el Spaghetti Alfredo como el Di Mare tienen buena cantidad de proteína, las salsas son ricas. Lo único que no nos gustó fue que usaran Tilapia en el Di Mare porque no es de mar y nos salieron trozos con sabor terroso. Otra observación es que no hay suficiente explicación sobre los ingredientes de la mayoría de postres; aunque el Merengue Italiano es un Tres Leches relativamente suave, no es el “merengue” que acostumbramos encontrar en Colombia.
Yanuba
Hay nuevos platos en la carta, como oos Raviolis de Carne y el Dorado en Salsa Cítrica de Ostras. Probe este último y la salsa, sin ser verdaderamente cítrica, es rica, pues conjuga los sabores de ostras, albahaca siam, tomate, pimentón, cebolla y ajo. El pescado estaba en su punto y es una buena porción. Los Spaghettis a la Danesa son muy buenos, pero la porción es exagerada. La salsa de maracuyá de los Langostinos Apanados al Panko estaba un poco ácida y con una consistencia muy líquida, a diferencia de otras ocasiones. El servicio fue desordenado y más lento de lo esperado en esta visita.
Wok (C.C. Parque la Colina)
Las sopas (Wok Miso y Tom Yam) fueron ideales para un día frío y lluvioso. El Sushi de Salmón Tempura se ha ido convirtiendo en un clásico. El Stir Fry de Langostinos y Pollo es delicioso, muy bien balanceado en sabores y tamaño de porción. Con el Lok Lak se va a la fija. Lo único negativo es que deberían advertir la ausencia de algún pescado (como el atún) al entregar el menú, para no perder el tiempo seleccionando unos platos que no están disponibles.
Tacos Mx
Lo bueno: los Chilaquiles Rojos son deliciosos, con los totopos perfectos, una salsa de chile morita no tan picante y ligeramente ahumada, la untuosidad de la yema de huevo y la sazón del pollo; aunque la porción podría ser un poco justa, si no se pide una entrada. Ah, la Panceta Crujiente, ya un clásico del lugar. Lo regular: Las Doraditas de Cerdo Adobado. No se siente el adobo del cerdo. Sin la salsa de chile pasilla y el queso, el sabor sería soso. Lo malo: el Agua Fresca de Jamaica era todo menos fresca. A pesar de que se lo dijimos al mesero y nos ofrecieron cambiarla por otra bebida, ni nos trajeron la nueva bebida, ni la descontaron de la cuenta. Y el ambiente... imposible conversar por el volumen de la banda que tocaba afuera del restaurante.
Barra Chalaca (Usaquen)
Quedé con ganas tras haber ido al del Parque de la 93 y probé el de la 109. Lo bueno, el pescado frito (pargo) es de los mejores que he comido en años. Perfecto en cocción. Ah, el alfajor es imperdible. Lo regular, la yuca que acompañaba al pescado, aunque deliciosa, era poca. Lo malo, el ambiente. Por favor, nunca se hagan en la primera mesa ubicada al fondo del local. Además del elevado volumen de la música y el parlante muy cerca, hay un mueble que utilizan para clasificar y secar los cubiertos y platos, a apenas centímetros de los comensales. Es casi insoportable el ruido. ¿No existirá otro lugar para clasificar y secar el menaje?
Barra Chalaca (Parque de la 93)
Excelente comida y atención, con porciones generosas y muy buena relación precio/calidad. Los ingredientes son muy frescos y las preparaciones respetan los sabores peruanos Nikkei. La carta no es muy extensa, pero hay suficiente variedad. Lo único negativo es la ausencia de jugos y limonadas, con excepción de “El Levantamuertos”. Espero regresar pronto.
Diner (Usaquen)
Delicioso (y gigante) el Perro. No obstante, tanto el Moyashi como el Calentado estaban algo fríos. Además, los huevos del Calentado tenían la yema dura, sin solicitarla así. No fue la mejor experiencia en esta ocasión.
Cooks Porterhouse
Abrió hace 2 semanas y tiene un ambiente sencillo y agradable, sin música estridente. La carta no es muy extensa, con cortes nacionales y Angus importados, pero ofrece varias opciones vegetarianas y bebidas "sparkling" como alternativa a los jugos y las alcohólicas. Recomiendo ampliamente los Chicharrones, de los mejores que he comido por textura, jugosidad y acompañamiento (arepas y salsa de piña). La Picanha estaba en su punto. El Lomo con Salsa de Queso Azul fue una agradable sorpresa porque la salsa tenía mucho sabor, sin ser invasiva. La Hamburguesa Texana gustó mucho por el pan, la carnosidad de la tocineta y la suavidad y jugosidad de la carne. De postre, Tiramisú y Torta de Mora, sencillos pero bien hechos. Las porciones son buenas (no enormes). La atención fue muy cordial y rápida. La relación precio/valor es favorable.
Madame Tusan
Tanto el espacio físico del local como el menú son una tercera parte del que estaba en casco histórico de Usaquén. No obstante, la comida que ofrecen actualmente sigue siendo excelente y con precios más ajustados a la competencia de hoy. El concepto de porciones generosas para compartir entre varios comensales se mantiene. El Taco de Pato y el Arroz, clásicos. La Panceta estaba suave y jugosa, complementada con la salsa y ralladura de naranja; cambiaría el pan bao dulzón por uno neutro o salado, u otro acompañamiento. El Encebichado es agradable, pero deberían advertir que no es un cebiche peruano sino una interpretación asiática, sin cebolla, tomate y pimentón; con mucho jengibre y una leche de tigre menos ácida. Finalmente, aunque cualquiera de los dos postres (Milhoja y Torta de Alfajor) es riquísimo, me quedo con la Torta de Alfajor por la combinación de los sabores de la lúcuma y el chocolate y la "mantequillosidad" de la masa del alfajor. Las porciones de ambos son enormes. La atención fue impecable y, a pesar de ser domingo en hora pico, pudimos pasar a la mesa 15 minutos antes de lo que nos comunicó inicialmente el encargado.
Teriyaki (C. C. Parque la Colina)
Como en ocasiones anteriores, la comida estuvo muy rica. La única queja (y no menor para quienes beben primordialmente agua) es que dejaron de ofrecer agua de marcas reconocidas y tradicionales (por prescindir de las botellas de plástico) y solamente hay agua filtrada. No se puede sacrificar lo más elemental (el sabor del agua) por intentar mostrarse como ecológicos. Además del ridículo y único tamaño de la botella (más de 1 litro), el agua es casi intomable por la cantidad de cloro que lleva. El servicio fue atento, pero podría ser más rápido.