La verdad, pésimo, costoso, la comida no tiene nada del otro mundo, la música no te deja escuchar nada y las meseras no dan buen servicio

Es el restaurante mas bonito al que he ido en Bogotá. Tiene un diseño muy moderno y agradable. La terraza es espectacular y el salón con sofás muy acogedor. La comida se nota que tiene un gran trabajo y excelentes ingredientes, sin embargo no me impresionó del todo, no recomiendo el arroz meloso, aunque el risotto de setas estaba delicioso.

El restaurante es arquitectónicamente hermoso con una decoración de primera, además, el ambiente y la música en vivo son muy agradables. Sin embargo, la comida no está a la altura de lo demás, platos fuertes muy normales con sabores muy simples a precios altos. Eso sí, rescato la entrada de portobello relleno.

Tuve una excelente experiencia. El servicio fue muy cortés sin ser entrometido, el mesero conocía muy bien los platos y la rapidez en servir la comida fue una grata sorpresa. En cuanto a la cocina, me encantaron las pastas. Salsas muy bien preparadas y productos de mucha calidad. La carne por su lado también era exquisita, y la panna cotta de postre, espectacular.

Central es una deliciosa fusión entre comida peruana y caribeña, un servicio bueno y no pretencioso y una terraza muy acogedora. Recomendado el ceviche de aguacate y la cazuela de mariscos. Eso sí, un poco caro. Recomendado reservar.

Sin duda una de las mejores opciones para comida italiana en Bogotá por el buen servicio y la comida muy bien preparada. Recomendado reservar porque incluso entre semana vive lleno. En mi opinión los mejores platos son el capelleti de 3 quesos y la lasagna.

Llegué una tarde a almorzar y me terminé quedando hasta la noche por la comida deliciosa y el ambiente acogedor. Recomendadísimo cualquier sushi. Lastimosamente, los meseros no son muy atentos y hay que estarlos persiguiendo, cumplen su labor al mínimo.

Excelente comida, recomiendo los pescados típicos peruanos y de postre es imperdible el suspiro. El ambiente es muy agradable y los meseros suficientemente atentos (aunque podrían conocer un poco mas los platos).

El bandido es un sitio fenomenal que sigue llenándose a diario por lo bueno que es. El ambiente de los sábados con el blues en vivo es delicioso. La comida es muy buena aunque no es la mejor de Bogotá (se destaca eso sí por las salsas). Finalmente, el servicio es exactamente el necesario. Los meseros no se desviven pero tampoco lo descuidan a uno. Quiero nunca dejar de ir.

Harry es un restaurante de muchísima altura. La preparación de los platos y la sazón del chef son exquisitos. Recomiendo mucho las ribs de cerdo y el lomo en salsa de foie gras. De acompañamientos los espárragos o las espinacas. Por el lado del servicio, es un poco frío pero no es malo. Y finalmente, el ambiente es un poco de abuelitos pero muy bueno.