Su concepto es compartir, así que los platos son para dos personas, no me pareció que fuera exagerado en porción, es necesario acompañarlo con entradas porque de lo contrario queda con hambre. Las entradas fueron; chorizos artesanales, un sabor rico, típico. El carpaccio viene en una base de vegetales a la parrilla, muy buenos también. El fuerte fue pecho, suave, tierno pero la salsa un desastre, si bien es de cocción lenta sus sabores son intensos y acentúan, pero esto era una salmuera incomible, una lástima. La atención no es la mejor, es más suerte si toca uno amable o no. En general fue bueno, volveré por sus otros platos.

Fui con gran expectativa, es un modelo parecido a otros en su categoría de negocio, todo por aparte, la mac and chesse y la doble carne fueron las elegidas, son 130g de carne c/u, una pasta de macarrones floja, el pan es una delicia, diferente a los normalmente encontrados, en tamaño no es gran cosa al igual que en sabor. Las yucas para compartir ayudaron, aunque son McCain o sea nada especial. Me parece más un lugar para almorzar entre semana que para comer una buena hamburguesa. En ambiente está bien, aunque como digo nada que no se haya visto antes.

Es un bonito sitio, ambientado en un patio con luces y decoración cálida. A pesar de ser reducido el espacio, el producto es muy bueno. Una carta pequeña pero deliciosa. La paciencia es clave, sea cual sea la hora.

Muchos aspectos positivos, para empezar; la amabilidad con la que reciben, aunque tuvimos que esperar, estuvieron pendientes y no fue demorado, una vez en la mesa son atentos y dispuestos a sugerir. Los precios vs. calidad lo amerita, las entradas al igual que los fuertes, que si bien no son muchos, cada uno es especial. El pato a la naranja y las carnes son una delicia, un poco pasado de termino pero en general buena preparación, los tamaños pueden ser un poco menos que lo justo, pero en sabor lo tiene todo...

Solo cosas positivas por mencionar, el ambiente único, tradicional chino. Servicio impecable, están pendientes y amables en todo momento. Comida deliciosa, todo es fresco y con un sabor intenso, el chow fan de la casa, el lomo en wok de vegetales, las empanadas asadas de cerdo y otras tantas opciones de la carta por probar. Los precios pueden ser altos, sin embargo los vale en calidad y tamaño. Excelente experiencia...

Lo bueno, el ambiente y ubicación del lugar. La comida es lo que muchas otras reseñas dice: deliciosa, las pastas en su infinidad y formas de preparación, carnes y pescados aunque no son generosos en porción su sabor lo compensa, el carpaccio de ternera, la pannacotta, incluso la canasta de panes sabe muy bien. Si Ud va por la comida sin más no lo piense, hágalo; ahora por el servicio, NUNCA había sentido tanto desprecio hacia los meseros de un lugar, pero este es de esos en que estos personajes son la sapiencia y buen gusto en su esplendor, pude ver cómo se burlaban literal de una mesa, en la que se notaba que no conocían nada de comida italiana más que por las pastas, y estos infelices déspotas y arrogantes no hicieron más que hablar a espalda y servir de mala manera. Una verdadera lástima que tan buena comida se opaque por esto. A excepción de esto último es una buena experiencia...

Un lindo sitio, cómodo y ameno. El servicio nada de otro mundo más bien flojo. Las carnes son jugosas y de muy buen sabor, 180 gramos exactamente. Aunque son pocas las opciones aseguro que cada una de ellas es un acierto. Entre las mejores de Bogotá. Se puede volver varias veces fácilmente.

Fui siguiendo las expectativas aquí mencionadas; el ambiente es cálido y bonito, además de ser amigable con los perros. El servicio es de esos sitios donde uno siente que le hacen un favor. Ahora la comida, pedí un sándwich de atún, es grande aunque flojo, la mezcla parecía de un enlatado que viene listo para poner en dos panes, las papas son chips de paquete con una rica ensalada, los huevos con serrano son buenos, en tamaño y sabor. Pedimos unos panes que no llegaron a tiempo y al preguntar de nuevo respondieron que se habían acabado, o sea eso dice todo del buen servicio. La verdad salí molesto porque en precio y calidad no hay nivel.

Está ubicado cómodamente para un domingo de desayuno. Carta con reducidas opciones además de sus panes. Los huevos son como cualquier otros incluso preparados por uno en casa, el sándwich de pechuga de pavo fue sencillo un tanto seco y pequeño. Las bebidas son básicas, el milo frío no sabía a chocolate. Los precio elevados para lo que realmente ofrece. Concluí que su fuerte es el pan y nada más. Eso sí el pan de chocolate es delicioso al igual que las focaccias. Las mesas del exterior son apretadas e incómodas, el servicio puede o no ser bueno, todo depende de quien atienda.

Este lugar cuenta con tantas y tan deliciosas opciones. Si quiere desayuno o almorzar, o si simplemente quiere algo por antojo. La pastelería es lo favorito, sus panes y galletas una delicia; el pan de almendras, los sandwich de helado, los panes de chocolate, los macarons y un par más que me quedan fuera, vale la pena probarlo todo. Sin dejar de lado sus emparedados con sabores frescos y en un tamaño justo. El ambiente es tranquilo, apenas para un comienzo de domingo. El servicio puede ser mejor, descuidan a veces mesas por estar pendientes de otras cosas.