En el panorama de calidad limitada del sushi en Medellín, se trata sin duda de uno de los pocos restaurantes que no defraudan, desde hace unos cuantos años. Muy bien logradas también las opciones de comida peruana.

Un clásico de la comida italiana en El Poblado. Platos de la tradición ejecutados correctamente, y el ambiente siempre acoge con calidez.

Lugar casi escondido (es parte de su encanto), se accede por una pequeña puerta “anónima” a una terraza maravillosa, llena de verde, con una ambientación muy chévere. La comida es particular, seguramente no liviana pero absolutamente varios platos despiertan toda la curiosidad de los comensales. Está bueno volver de vez en cuando a respirar este aire de libertad.

Sin duda uno de los mejores restaurantes de Medellín. La cocina es creativa pero equilibrada, el ambiente es muy acogedor. Nos gustaría que fuera más frecuentado por locales (desde hace varios años se ha convertido en uno de los lugares preferidos por los turistas de paso por la ciudad).

Mi restaurante favorito en Medellín. La declinación del curry en todas sus variantes (adaptadas a los paladares colombianos, poco acostumbrados a los picantes un poco agresivos de la cocina de la India) es simplemente maravillosa y estupefaciente. De vez en cuando, de repente, simplemente dan ganas de volver, a comer aunque sea lo mismo, una y otra vez.

Sin duda una de los mejores experiencias gastronómicas de Medellín. Habiendo visitado varios restaurantes de este estilo en Lima, donde el homenaje a la cultura culinaria amazónica es más presente desde hace años en restaurantes de alto nivel, puedo decir que La Chagra no queda atrás, ni en la calidad, ni tampoco en la originalidad de las propuestas. La presentación y la “narración” de los platos son por sí solas otro motivo más (si hiciera falta) para pasar una noche en este restaurante.

Voy muy seguido a almorzar a este restaurante, el estilo el ramen es bien japonés - así como el chef, que poco a poco ha ido aprendiendo alguna palabra en castellano. Poca variedad pero lonque hay es delicioso. Altamente recomendado a pesar del ambiente a primera vista no muy acogedor.

El cuidado en los detalles, sobre todo en la materia prima (algo que no se ve muy a menudo en tierras colombianas) roza con la perfección. La ejecución y la presentación son perfectas. No hay que ir con demasiada hambre - o hay que ir dispuestos a probar muchos platos, porque el tamaño de las porciones es bastante reducido tanto en las entradas como en los principales.

Para los que no estén acostumbrados a restaurantes de este tipo, la comida es sorprendente. Cualitativamente, sin duda al nivel de los mejores restaurantes de comida creativa en el panorama latinoamericano. Es una experiencia gastronómica, no una “comida” è el sentido tradicional, y hay que ir preparados para eso.