El ambiente del restaurante es sencillamente mágico, la terraza es muy acogedora y cálida, la música es genial, tienen una carta muy variada de licores, incluyendo los cócteles clásicos y unos recomendados, que sí son muy recomendados en especial el Cardamon Martini. La comida es exquisita, de entrada recomiendo la burrata y una pizzetta para compartir. Curiosamente en los fuertes no hay mucha variedad de pasta, sólo raviolis lo cual parecería extraño para ser un restaurante de cocina italiana, sin embargo, los raviolis de rabo de toro o amatriciana son una delicia. Otro recomendado es el sartén de langostinos. Por último, llegamos a los postres, tienen una variedad de 6 postres dignos de la cocina italiana. La chewie cookie es sin duda el mejor, vale la pena la espera de 20 minutos que se demora en hornearse. En conclusión, es uno de los mejores restaurantes de la zona, no sólo para satisfacer el paladar, también para pasar un rato ameno y tomarse unos cócteles y el servicio, impecable.
