El lugar es casual, la comida buena, la atención muy buena y el ambiente relaxed. La lista de vinos tiene una amplia variedad de Argentina y Chile; pero de otros orígenes casi nada. Sin embargo, te dejan traer tu vino. De entrada pedimos una pizza de burrata, muy buena. La milanesa clásica estaba buena; pero, lo que más nos gustó fue la pasta al pesto con pollo.

El personal es muy amable y atento; pero, el servicio es en exceso demorado. Lo ideal es ir en grupo, para hablar y que la espera no pese tanto. Igual, se disfruta más en grupo, pidiendo tragos y picadas. Las arepas con queso, los pantacones con guacamole chicharrón etc, el maíz desgranado con queso, el ceviche peruano, etc. Todas buenas. El Lomo en Trapo, muy bueno, excelente. Lo recomiendo.

Segunda vez que vamos a Nemo; y, mejor que la primera. Eramos un grupo grande, 12 personas y nos habían arreglado una mesa; pero, ya sentados y comiendo, llegaron 2 parejas más. En el mejor espíritu de servicio, Octavio, el mesero que nos atendió, no se hizo rollo y nos acomodamos en la misma mesa. Incluso apuraron el pedido de los nuevos comensales para que llegara la comida más o menos junta. La comida, muy buena, como siempre. Un guacamole creativo, de sabor y por el acompañamiento, vale la pena pedirlo. El.arroz meloso con pescado, muy bueno también. El Asado de Tira, tiene un corte delgado, en comparación a otros que he visto; pero, el sabor muy bueno. Octavio nos recomendó unas mazorcas de maíz con mantequilla de ají no se las pierdan. Definitivamente, en otro viaje, iremos por la tercera... salud!

Nos encantaron la sopa de tomate con straciatella y los ravioles de rabo de toro. La ensalada com salmón ahumado también se puede repetir, sin duda; y, el asado de tira muy bueno, de sabor y textura. Vale la pena, buena comida a precios razonables.

Fuimos 3 parejas, pedimos: vino, tragos y varias de las entradas... El ambiente del restaurante es muy especial, se siente uno en NYC o algo así. La comida estaba entre buena y muy buena. Lo que más nos gusto fueron: los ravioles 4 quesos a la sartén, los nachos de cordero, la carne al pesto y el tartar de salmón. Tienen buen bar y buen mixólogo, la carta de vinos algo limitada - esperaba más variedad de otras regiones. La atención de primera, conocen bien sus platos y se esmeran. Fue un almuerzo y una tarde espectacular, definitivamente para volver.

Es una cevicheria, la decoración y ambiente son informal; pero, usualmente está lleno, lo que contribuye a "darle vida". Me encantó el Ceviche Rocoto, de pescado y camarones, acompañado de aguacate. La sopa de mariscos también estaba buena. Eso lo acompañamos con una botella de vino blanco, para una comida liviana, sana y buena.

Me gusto. Pedí el Crudo de Pescado, me pareció original, interesante, muy bueno. También pedimos el lomito de cordero, estaba bueno. En la mesa pidieron corvina y la queja fue que estaba seca aunque tenía muy buen sabor. La lista de vinos es limitada; pero, tiene buen bar. El ambiente es minimalista, moderno con madera y de buen gusto, ostenta grandes volúmenes por la gran altura de los techos; y, los distintos niveles del piso dan una sensación especial al sitio. Da paz el sitio, y los comensales mantienen baja la voz. Se pasa bien, para una velada tranquila.

Apenas tiene 15 días de haber abierto y me impresionó, muy positivamente. El Sommelier Jacky Sierra conoce su cava, recomiendo atender sus sugerencias. La sopa de ajos: interesante, diferente, buena. El Salmón, es un verdadero filete y lo saben entregar en su punto. Las carnes dicen que muy buenas. El Mero Encostrado estaba excelente. No alcance pedir postre; pero, por la lluvia, nos quedamos en el bar. Tienen una breve pero muy satisfactoria selección de single malts. El bartender, Libardo, sabrá prepararles el elixir de su agrado. Definitivamente es un restaurante para volver y volver, me quede con ganas de pedir otras cosas, máxime luego de probar las que pedimos. continuará...