Es un sitio precioso, con decoración coherente con la temática, servicio extraordinario y comida de muy buena calidad y muy aceptable creatividad.

El sitio es precioso. La comida es absolutamente deliciosa. Está muy de moda por lo que vive lleno y toca siempre ir con reserva. El parqueadero solo es valet parking cosa que no me gusta para nada.

Siguiendo la tradición el servicio es lo mas lamentable del lugar. La comida me parece que no es acorde al precio pagado y la verdad es que luego de pandemia no se han podido recuperar.

La atención deja mucho que desear y no es la única vez que sucede. La comida está bien eso si.

La atención en Hacienda Santa Bárbara se volvió horrible. Una cantidad de meseros adolescentes preocupados de cualquier cosa menos que de atender con un evidente descuido Y maltrato al cliente que no dan ganas de volver a poner un pie allí.

Una buena opción por variedad. Mis favoritos son el pollo bourbon y el pollo a la naranja con semillas de ajonjoli. Si pides la comida para llevar las cajas son muy pequeñas y la porción es mucho menor a la del restaurante.

Tiene variedad de platos para toda clase de gustos. Precios altos en relación con calidad y cantidad. Me gusta especialmente el croissant de almendras.

Fuimos entre semana. Menú de degustación por 170.000 pesos. No habia sino una pareja en el sitio. Y una sola empleada, con poco conocimiento de los platos. Desentendida de la mesa. Supongo que la experiencia es mejor en fin de semana. El lugar bonito. Bien decorado. Para ir una vez y ya.

Muy bueno el segundo piso para celebraciones especiales. Deliciosas costillas! El único inconveniente es que cierran muy temprano. Muy recomendado.

He probado solo la panadería. Esta muy bien aunque el empaque a domicilio podria mejorar sustancialmente. El croissant de almendras es la estrella. El relleno de pistacho es demasiado dulce.