autentico restaurante portugués con un servicio excelente. La cocina portuguesa se caracteriza por la calidad de sus productos. Si Bogotá los tuviese, en O Galo los cocinarían. Bacalao de primera y una carta de vi os Portuguesa de primera

Restaurante mejor calificado de lo que en realidad es. Ninguno de los tres platos que probamos nos impresionó y el lomo con salsa bearnesa era de muy baja calidad. La salsa muy ácida, sin suficiente estragón y sin echalots. Las papas a la francesa que lo acompañaban no estaban a punto y la carne, aunque en término medio, como se ordenó, estaba seca. De primero compartimos el queso brie al horno, como recomendación de la casa, y era algo simple, no estaba mal, pero nada que volvería a pedir. Es mi segunda visita y me gustó menos que la primera vez, la cual nunca comenté, pues creo que estaba molesto por estar en una mesa al lado de la puerta y era bastante desagradable comer allí. La carta de vinos y la atención, ayudaron a pasar con tranquilidad el almuerzo.

Buen restaurante de la escuela de cocina Bilbao-Colombia. Atienden y cocinan los alumnos dirigidos por sus maestros. El bacalao al Pil-Pil es de gran calidad. El plato de ibéricos como entrada es muy bueno u el pulpo a la gallega, podría ser mejor, si de verdad fuese a la gallega. Lo montan sobre un puré de papas que lo desvirtúa, y además el pulpo no está solamente cocido, luego le dan un toque de horno y así ya no es a la gallega. El lado flojo son los postres, que pueden y deben mejorar. Buena carta de vinos y excelente relación calidad-precio

Agradable restaurante, con un ambiente acogedors, con una cocina muy buena y servicio atento y profesional. Al principio, mientras tomábamos el aperitivo, llegó una pequeña entrada cortesía de la casa que no auguraba una buena cena. Un tartar de salmón sin mucho sabor, un pequeño bocado de una masa tipo profiteroles, amasada con tinta de calamar, que estaba algo correoso, nos hicieron dudar. Pero este obsequio de la casa para acompañar el aperitivo estaba muy lejos de lo que vino después. La carta es muy interesante y se hacía difícil elegir. De primero una panceta cocinada a la perfección, muy sabrosa y los pulpos bebés, marinados, emparrillados en su punto y una ensalada de quinoa, hicieron que nos olvidásemos muy rápidamente de la oferta inicial. Luego vino un cochinillo delicioso, crocante y jugoso, sobre una col morada y puré de manzana con canela y un confit de pato muy bueno, acompañado de un risotto al gorgonzola. Para nuestro gusto, el risotto era el punto débil del plato. De postre la sopa de chocolate con un crocante de avellana y helado de vainilla natural, excelente. La carta de vinos es muy buena, con muchas posibilidades, en Beronia reserva del 2009 acompañó muy bien la cena. Con el café nos dieron uno bombones de chocolate, agradable costumbre no muy común en los restaurantes que hasta el momento he visitado en esta agradable ciudad. Un cena excelente. Felicitaciones al chef Arnaud, volveremos a probar su menú de degustación.

He ido dos veces a este agradable restaurante griego, situado en el hotel Morrison. Un ambiente tranquilo y acogedor, sin pretensiones. Bueno para conversar y disfrutar de algunos platos griegos bien logrados, como el pulpo a la parrilla o el plato de entremeses, una buena opción para compartir. La baklava, sabrosa, aunque a la masa philo no ha estado crocante, cierra con un buen expreso la cena. Un punto importante de este restaurante es la atención. Siempre amable y atenta. Hay que mejorar la carta de vinos.

Cocina italiana de gran calidad. Desde los antipastos hasta los postres, muy buenos platos para elegir. Cocina italiana de verdad en un ambiente agradable y con buena atención. Buena carta de vinos.

Excelente restaurante de cocina clásica francesa. El cerdo horneado y el confit de canard muy bien logrados. La carta de vinos es buena y variada y a precios razonables. Volveremos

Buen ambiente de trattoria. Carta clásica italiana con anti pastos bien logrados. Las pastas pueden mejorar. Comimos spaghetti carbonara, al vongole y marinera. La pasta al dente, como debe ser, pero a las salsas les faltaba sabor. Los anti pastos compartidos cumplieron. Buen frito di mare, setas a la plancha y anti pasto clásico. Un punto especial lo ameritan sus helados artesanales. Hay que dejar un espacio para probarlos. Cierro con una buena apreciación sobre su carta de vinos y la posibilidad de disfrutarlos por copas. Un buen expresso luego de los helados finalizó bien la comida.

He ido a Nolita varias veces en los últimos meses y cada vez se observa una mayor calidad en la cocina de este agradable restaurante. Ayer pude comer un confirmó de pato en su punto. Otros platos en la mesa fueron el risotto de cordero y los raviolis de alcachofas, ambos platos bien logrados. De entradas hay varias opciones para compartir, me gustan mucho las mini polvorosas de pollo y la berenjena parmeggiana. Los postres merecen ser probados, sobre todo los de chocolate y la milhojas de dulce de leche, crocante y sabrosa. La carta de vinos podría ser el punto flojo de este restaurante, pero siempre se encontrara algo bueno. Ayer fue un Zindandel excelente. Muy buena relación calidad-precio

Estuvimos en el área de tapas. Muy buena experiencia. Carta de vinos con muchas opciones. Atención profesional y atenta. Habrá que volver a probar el restaurante y los arroces.