He ido a este lugar unas tres veces, todas ellas han sido una buena experiencia en cuanto a variedad y cantidad, las carnes de hamburguesa que preparan en este lugar mezclan ingredientes que en otros restaurantes de su tipo se usan como añadidos lo que confiere una textura y un sabor que difícilmente encontrarán fuera de él. El servicio es bastante bueno aunque en hora de almuerzo o comida a veces se demoran un poco más pero compensan esto con una total atención a los requerimientos que uno tiene. Las salsas aquí añaden un toque de sabor adicional que realmente mejora cualquiera de sus hamburguesas.

A pesar de que mucha gente recomienda este lugar por su comida estoy completamente seguro que es un sitio sobrevalorado y que su único punto fuerte es quizás la rapidez en la entrega del producto en los puntos de venta. De aquí he probado 4 variedades diferentes de hamburguesa y realmente el sabor de la carne nunca me deja satisfecho, es pasable si no hay otro lugar o no hay mucho tiempo para comer, de lo contrario recomiendo ir a otro lugar. El servicio gran parte de las veces es apenas decente y siempre escatiman mucho las servilletas y las salsas (imagino que por políticas de la empresa). En resumen, NO es un lugar al que invitaría a comer a alguien para pasar un buen rato y/o tener una buena comida.

Conozco Similoa desde hace más o menos 4 años (aunque el punto de Chapinero fue cerrado) y tanto la comida como la atención siempre me han parecido por encima del promedio, cada comida rápida aquí es preparada pensando en la satisfacción del cliente (y no en sacar rápido o a medias el pedido). Vale la pena pedir patacones con queso y suero costeño, aprovechar la oferta permanente de hamburguesa + papas + bebida o comerse un perro caliente con todo; el servicio de domicilios ha mejorado mucho en el último año. Si hay algo que no le guste, dígale al mesero, con gusto tomará su opinión y hará lo posible por enmendarlo para que usted se sienta atendido de una forma excelente.

Aunque es uno de los sitios que todo el mundo recomienda para terminar un fin de semana recorriendo parte de la Sabana de Bogotá creo que está sobrevalorado, los postres son ricos pero dentro de Sopó los hay mejores y a mejor precio, ir un domingo en la tarde puede ser estresante por la entrada y salida del parqueadero. Lo mejor del lugar definitivamente es su ambiente, generoso en zonas verdes y sitios para sentarse a disfrutar lo que allí venden. Nota: Si planean comprar productos que no son postres, los encontrarán a mejor precio en los supermercados de Bogotá que en este lugar.

En esta cadena de comidas rápidas siempre encontrarás tres cosas buenas: 1. La carne de sus hamburguesas no lleva aditamentos artificiales para "engordarla", 2. Sus aros de cebolla y su ensalada de huevo son los mejores acompañamientos que puedas pedir, y 3. Los jugos naturales realmente contienen fruta en cantidades altas. Tanto el servicio como el ambiente de este lugar pueden mejorar mucho teniendo en cuenta que no es un sitio que viva lleno a toda hora (tampoco sucede esto con el punto de venta de la calle 100 aunque sí con el del C.C. Santafé). Si desean pedir algo diferente a las hamburguesas (a las que les falta sabor) pueden optar por las costillitas de cerdo BBQ pero pidan que sean más carne que hueso.

En este lugar TODO es delicioso aunque el servicio durante los fines de semana se ve opacado debido a la cantidad de gente que viene a disfrutar de sus deliciosos postres y ambiente.

Este ha sido uno de mis sitios favoritos en La Candelaria por más de 5 años luego de almorzar cuando estoy en esa zona, los espacios son acogedores y puedes elegir entre sillas de madera, poltronas o cojines en el suelo. Las bebidas con café son de muy buena preparación y cantidad, la comida "para picar" siempre es fresca y sus porciones son adecuadas al precio. Es un lugar para relajarse solo o acompañado, para degustar cocteles (que dicho sea de paso no le envidian nada a los preparados en sitios más costosos y de mayor nombre), para compartir una buena charla e incluso para cenar al son de buena música.

Aunque todo lo de panadería es de lo mejor que ofrece este lugar (en especial el pan de chocolate que es una delicia), su restaurante peca por ser más costoso de lo normal en un restaurante clásico de esta zona de Bogotá, incluso los postres tienen un precio mayor que en otros lugares especializados como la Pastelería Francesa. Personalmente prefiero ir a este lugar a degustar un buen chocolate santafereño junto con pan y queso (cuando en La Florida no hay espacio). Las pastas artesanales de La Salerno son muy ricas y es de los pocos sitios en Bogotá donde se puede conseguir fetuccini en tinta de calamar para llevar y preparar en casa.

Es uno de mis sitios favoritos en La Candelaria, aunque pequeño y de sillas un poco incómodas su ambiente hogareño y la atención brindada por sus dueños hacen que me sienta muy a gusto allá, en más de una ocasión se han tomado el tiempo para charlar un poco sobre la historia del restaurante y de algunas de las recetas. En cuanto a comida, la lasagna ragú es de las mejores cinco que he probado en mi vida, muy bien hecha y suave al paladar, otros platos de la carta conservan característicos olores a hierbas que invitan a comer con alegría. Por favor, no dejen de probar el tiramisú, es preparado por la madre de uno de los dueños con una receta que ha pasado por varias generaciones de esa familia.

Excelente restaurante, la cava de vinos tiene muy buenas opciones y los postres (en especial el tiramisú) son de lo mejor que he probado así no tengan mucha variedad.