Un ambiente y una decoración fenomenal. La comida nada especial y las guarniciones muy pobres (pedí Pato al curry y me pareció mal preparado). El servicio promedio (no excelente ni malo). Volvería al bar o a tapear, pero no a cenar.

No puedo creer que haya pagado $70,000 por persona por una hamburguesa con papas y gaseosa. Uno no puede salir satisfecho ni recomendar un sitio así, donde la relación precio - beneficio esta en contra del sentido común y de lo aceptable.

Fui porque me dijeron y leí que son de las mejores hamburguesas de Bogotá, pero no pasa de ser una hamburguesa corriente a precios "gourmet". Definitivamente un lugar sobrevalorado por las revistas y la publicidad.

La presentación del lugar deja mucho que desear, por lo menos en el local de la zona rosa en particular

La comida es muy buena pero para ser un restaurante de lujo, su ambiente y servicio parecen de plazoleta de comidas: ruidoso, las mesas demasiado pegadas unas con las otras (especialmente las de dos personas), atención impersonal, decenas de meseros que ni te miran y atienden de afán, en fin, no lo que se espera de un restaurante de esta categoría (dados sus precios).

Me sentí estafado: cobran por aparte la proteína, el acompañamiento e incluso las salsas para tu carne pollo o pescado. Al final un plato muy normalito te sale en 90000. Eso ni en los restaurantes con estrellas Michelin.

La mejor forma de describirlo es con el anglicismo "overrated". El ambiente es bueno, pero por la fama que se ha hecho. La comida es mediocre, la atención es irrespetuosa y la música es pasada de moda. Para esos precios uno esperaría calidad de lujo y hasta música en vivo.

En realidad no entiendo la propuesta de valor de este restaurante. La comida que prepara cualquier mamá colombiana es más elaborada, sabrosa y con mejores ingredientes que la de este restaurante y obviamente sin los precios exorbitantes que cobra.

Pues quien entienda que es un montadito y distinga entre una comida completa y unas tapas económicas, seguramente valorará la oferta de este lugar. A mi gusto es la misma calidad que en España, donde es todo un éxito. Ideal para disfrutar de los sabores de las tapas de una manera más informal y económica que en los típicos restaurantes españoles de moda donde te sacan un ojo de la cara.

Muy buen restaurante para todo excepto para los ceviches y tiraditos que son de tilapia (todo un atentado a la cocina peruana).