No creo que vuelva. La pizza me parecio demasiado pesada debido a la cantidad de salsa de tomate que usan. Las porciones considero que son un poco exageradas. Los jugos naturales, riquisimos!

Las meseras son bastante amables, y estan siempre pendientes. El sampler de entrada es buenisimo (alitas, mozzarella frito, camarones). Muy rico y perfecto para compartir. Las costillitas son de las mas ricas y suaves que he probado. Los cocteles tambien son buenos, aunque un poco pasados de dulce. Y el ambiente de los viernes (musica en vivo) y domingos (familiar) es muy agradable.

Adoro este restaurante por la calidez de su atencion. La comida es riquisima y abundante. Recomiendo tambien terminar la visita con una narguila de sabores.

La ultima vez que lo visite fue en Semana Santa y el caos que habia era increible. La gente casi que se peleaba por tomar los postres de la nevera, debido a que era casi imposible pasar hasta ella. Realmente lo que aconsejaria a los señores de La Cabaña en dias de tanta afluencia es controlar la cantidad de personas que ingresan, para evitar tanta incomodidad.

No entiendo cuál es el escándalo con este restaurante. Probé quizás el plato más costoso de la carta (un pescado de Nueva Zelanda) y, para ser honesta, no me gustó en lo absoluto. En cuanto al servicio, me pareció desordenado y poco personal, porque siempre nos atendió un mesero diferente. No nos hicieron sentir especialmente cómodos ni fueron particularmente amables. Finalmente, el postre de pistacho... simple, pequeño, sin gracia. He probado otros mucho más ricos en otros restaurantes. Sí debo decir que el plato de mi acompañante, un corte de cerdo, estaba muy bien logrado. En definitiva, eso de que es el mejor restaurante de Bogotá... creo que es demasiado subjetivo.

Muy bueno! La posta negra me encantó. Y los jugos de frutas costeñas como el de zapote son una delicia... Porciones bastante generosas. Buena relación calidad-precio.

La chicha morada y el arrocito chaufa, deliciosos. Buen ambiente; se puede charlar agradablemente sin que la musica interfiera.

Los langostinos de entrada son deliciosos. En general su carta es variada y muy buena. Lo único que me aburre es tener que hacer esas enormes filas (por lo menos en el de la avenida 19), así que varias veces he preferido irme a otro lugar.

Es un restaurante excelente, comida espectacular y ni hablar de la atención. Lo conocí hace poco y seguro volveré.