Rica comida, aunque muchos platos con un dulce que podría tornarse un poco hostigante dado el tamaño de las porciones, como el arroz del lomo Malibú y el caldo de la caldereta. Recomendado el risotto de pescado y el arroz con mariscos y el suspiro limeño. Desafortunadamente caen en una falla que he visto crónica en Cartagena, y es que restaurante que visité estas vacaciones siempre tenía platos que eran mi primera y segunda opción y no estaban disponibles y el solomillo Malibú muy mal presentado. Esto lo castigué un punto en las estrellas de servicio.

Fuimos a comer frutos de noche, buenas Arepas con huevo, deliciosas empanadas, para mi gusto regulares deditos de queso, no tan "a lo costeño" más parecidos a los de estadio. Extrañé el suero costeño, no lo tienen en su oferta y su gran lunar, el servicio muy poco amable, se siente uno más regañado que atendido.

Afortunadamente llegamos por descarte, pues inicialmente teníamos otra opción pero al haber 26 turnos en lista de espera por delante nuestro, llegamos acá como plan B. Éramos un grupo de seis, nos decidimos por seis tapas, un plato fuerte para compartir y tres postres. Para destacar, los cócteles, especialmente el luloguaro, con aguardiente. De la Comida, recomendados el pulpo feira, el encocado de langosta, el cerdo al cubo (a pesar que el arroz del risotto acompañante era normal, estaba muy rico) y el postre de chocolate. Para mejorar, dos platos que pedimos uno no estaba disponible el otro ya no lo venden pero no lo han sacado de la carta, lástima pues eran dos de los que pedimos con más ganas para probar.

Buenas pizzas, con la masa bien delgada y crocante siguiendo la tradición cartagenera, acompañado por una refrescante sangría. Buen plan de noche!!! Las pizzas de un tamaño perfecto para una persona, pedimos 5 para tres hombres y 2 mujeres y quedamos más que satisfechos.

Opciones crudas (ceviches, tiraditos, tatakis, etc) o a la parrilla (brochetas, platos enteros de pescado o marisco, arroces y pastas). Nos gustó tanto el sabor como el lugar, los pescados en su punto, el pulpo y calamares un poco secos pero al final pasan la nota. Donde sí pueden mejorar, es con los plátanos en tentación, la salsa de kola muy líquida y el plátano cauchudo en exceso.

Llegamos con muchas expectativas a este restaurante no sólo por los antecedentes de los hermanos Raush, sino también por los buenos comentarios que he leído del chef ejecutivo asignado a este lugar. Dos entradas, cuatro platos fuertes y un postre, todas las preparaciones deliciosas, particularmente el ceviche de pez león y tener en un plato de sal algo tan cartagenero y dulce como el enyucado fue una sorpresa particular. Para regresar sin dudas.

Muy rico sabor, excelente servicio, una de las mejores limonada de coco, el único pero... La masa de la pizza estaba cauchuda