Absurdo es un restaurante nuevo, con un concepto distinto al resto. Como su nombre indica, pero sin tomarlo de mala manera, busca ser absurdo; en otras palabras, busca ir más allá de lo convencional. Ubicado en Usaquen, está este lugar acogedor, que cuenta con distintos ambientes, todos agradables. Desde que se llega, los meseros están atentos a servir y ayudar. La hamburguesa "estrella" es la Absurda. Compuesta por su singular pan negro, tocineta, carne de 200g, guacamole, vegetales y los particulares palitos de platano, que se incrustan en la hamburguesa. El sabor es tan particular como su apariencia. Las bebidas no quedan atrás en su particularidad, pues tienen distintas bebidas únicas, como la limonada inglesa. Esta es refrescante y baatante particular, debido a su agregado de soda y "shots" de jarabe. Vale la pena ir y probar este nuevo concepto absurdo. Volvería a probar más cosas y lo recomiendo. Se une a la competencia de hamburguesas en Bogotá.

Mi novia, al llegar de un viaje a Medellín, me contó lo bueno que le había parecido este lugar. Así que fuimos, esperando la misma calidad que recibió ella en su paseo. Su ubicación es "central", y hay varios parqueaderos alrededor. Es un lugar agradable, un ambiente alegre y acogedor. Los meseros fueron muy amables y amigables; atentos a cualquier inquietud y/o necesidad. En cuanto la carta, existen varias opciones a escoger, todas muy interesantes. Probamos una hamburguesa de pollo, muy buena; aunque deberían intentar hacer una hamburguesa con pollo molido. También probamos la hamburguesa Sriracha, con carne y chorizo; muy buen sabor y salsa. Todas las hamburguesas son de buen tamaño (150g) y vienen con acompañantes. En cuanto las bebidas, las gaseosas tienen refill gratis. En conclusión, es un buen lugar para probar las hamburguesas a buen precio y calidad. El lugar es agradable, y así mismos la gente. Vale la pena probarlo. ¡Recomendado!

Tenía muchas expectativas sobre este sitio, pues me lo han recomendado mucho. Fui un domingo y estaba lleno. Hice fila media hora y me ubicaron en la zona "dog friendly". Una terraza elevada y fresca. Un espacio agradable, pero muy ruidoso, no por los perros, sino por la cantidad de gente y niños. Eramos varios, y pedimos una jarra de jugo de mandarina; estaba fresco y bueno. Pedí el Pato Francés, que estuvo bien en tamaño y sabor. Me recordó mucho a Crepes, pues básicamente, es el mismo concepto, pero cambia el crepe por el pan; aunque el último tiene variaciones (si, puede que me den duro por esta opinión). Los patos dulces son buenos, puede ser para compartir. En cuanto a la atención, me pareció buena. Todo el mundo fue amable y ayudaron con la elección de loa platos. Por último, el precio me pareció un poco elevado. Debe ser por la atención que recibe el lugar, pero me parece demasiado.

A pesar de las calificaciones de Degusta, a mi mamá siempre le ha gustado comer pizza aquí. Ciertamente no es el mejor restaurante italiano en la zona, pero es una buena opción. Ambiente: Es un espacio pequeño y acogedor. Hay una zona interior y otra exterior. Afuera, a mi parecer, hay más mesas de las que debería; llega a sentirse apretado e incomodo. Comida: De entrada pedimos un carpaccio de salmon, el cual estaba rico; vale la pena pedir aceite de oliva y piemienta (no vienen incluidos). La pizza es muy rica, sobre todo la de prosciutto y champiñones. El linguini de mar no llegó al mismo nivel de la pizza, a pesar de la cantidad de frutos del mar y su tamaño. Volvería a comer, pero iría por su carpaccio de salmón y una pizza.

Buscando una alternativa a un restaurante centrado en carnes, y con ganas de conocer la trattoria original, apareció Bistecca e Vino. Aún así, el enfoque de este restaurante es la proteína animal (carnes). El restaurante es pequeño, y se llena bastante; preferiblemente hacer reserva. La atención por parte del mesero fue excelente, recomendó y ayudo en la toma de decisiones. Entre los comensales, no fue muy fácil conversar, debido al ruido dentro del local. De entrada, dieron pan con matequilla y hierbas. Posteriormente, una ensalada. Ambas muy ricas. El plato fuerte fue un entrecot, acompañado de salsa de queso azul. El termino recomendado fue 3/4, y estuvo en su punto. Buena carne, y su acompañamiento de puré de papa criolla y chorizo, fue buena elección. En general, es buen restaurante, un poco costoso, no lo repetiría (no soy amante de las carnea y hay mejores restaurantes italianos).

De no haber sido por Degusta, no habría escuchado de este lugar. No llama mucho la atencion su local, a pesar de ser el mejor de allí. Es un espacio pequeño, tuve que comer en las mesas de fuera, pero estuvo bien. Pedí la más popular, De la casa, que trae tocineta y maduritos. Eramos dos personas, y llegó primero un pedido que el otro, por una amplia diferencia; esto puede ser incomodo para ambos. La hamburguesa es muy buena. El pan es fresco y suave, la carne jugosa, la tocineta era abundante y en su punto, los maduritos daban una dulzura que complementaba los demás ingredientes. En cuanto las papas, pedí en cascos. Eran buenas pero, de no ser por las distintas salsas, habrian sido unas papás más. En si, es una buena experiencia. Vale la pena ir. No es el precio de una hamburguesa de esquina, o de una de cadena, pero el precio reaponde a la calidad.

En una pequeña calle, resalta el restaurante por su color azul. El día en que fui (domingo) tuve que esperar 10 minutos. Tomaron mi nombre y esperé fuera. El lugar no es muy grande, pero logra ser agradable. Aun así, la musica puede llegar a ser un poco fuerte. Dan unas tortillas con salsas de cortesía. Las bebidas son muy agradables, sobretodo por la soda que se le agrega a los jugos. Los elotes fueron muy buenos, vale la pena pedirlos como entrada para compartir. El plato fuerte no se quedó atrás, los tacos con camarones son deliciosos, y el chicharron de atún también. Los platos no son muy grandes, pero son perfectos para compartir. El único problema que encontré fue al momento de pedir el postre, pedí que le decoraran con alguna cosa para celebrar un cumpleaños, pero no lo hicieron. Aun así, el postre (churros) fueron muy ricos. Vale la pena ir, el mejor restaurante mejicano al que he ido en Bogotá.

En general, el restaurante es bueno. Su comida tiene muy buen sabor, un excelente nivel de picante, buena cantidad. Los precios fueron los que me parecieron un poco altos para lo que es, de resto, muy bueno. La atmósfera podría mejorar, pero en si es buena. Por fuera no llama tanto la atención. Recomiendo pedir los platos con un arroz blanco y naan. Así se puede disfrutar más de la salsa de cada plato y también sirve como "auxilio" frente al picante. También la entrada Pepper Chicken Tikka, muy buena.

Luego de buscar un buen restaurante italiano para una ocación especial, me recomendaron este. Su fachada no es muy atractiva, aun así el interior rescata el ambiente del restaurante. Tiene una luz algo tenue pero esto lo hace más acogedor, cosa que se resalta con las velas que hay en cada mesa. El único inconveniente es la distancia entre mesa y mesa, esto hizo que los meseros se estrellaran contra mi silla un par de veces. En cuanto a su comida, no defraudó su reputación. El carpaccio de salmón estuvo muy rico, el plato fuerte y el postre también. Por último, la atención fue muy buena. Nos ayudaron a llegar a nuestra mesa y al hacer una petición especial (decorar un postre para un cumpleaños) me ayudaron con ella. Además todos fueron bastante amables y sonrientes.