La comida es espectacular, desde los aperitivos, hasta los portes y cocteles. Una excelente combinación de sabores que siempre sorprenden. El servicio es bueno, aunque cuando está muy lleno, disminuye su calidad de servicio un poco (en rapidez).

El menú de degustación es muy completo, permite probar de todo un poco. Es una experiencia única, descresta, aunque para mí, no es un lugar para ir tan frecuentemente.

Delicioso todo! La carta de vino es para morirse, muy amplia, con variedad de opciones tanto en cepas, como lugares de origen. Además las recomendaciones del somelier son muy acertadas.

El ambiente es espectacular, especialmente en la terraza. Es un buen lugar para hablar con amigos, mientras se come algo suave. La barra de mozzarella tiene muy buenas opciones. Los cocteles no me encantaron, podría ampliarse más la carta de estos.