Pedimos una pizza funghi blanca y pizza capresse y nos fue muy bien. La masa espectacular! El aceite de trufa en la funghi es un plus.

Pedí unos raviolis de ahuyama y los encontré de muy buen sabor, y con generosa porción de almendras. La ensalada también muy buena. Una pena que ahorren con el servicio a la mesa y con los vasos de plástico.

Las ensaladas son generosas; pero de lejos el bowl de açaí es mi favorito; incluso para la hora del almuerzo. Deberían eso si, anunciar que los platos con arroz vienen fríos, friísimos.

El ambiente está muy agradable. No nos fue bien con el servicio, pues el mesero no conocía bien los platos. La comida estaba rica (cazuela de pirarucú y asado de tira), pero las porciones estaban pequeñas.

Pedimos boquerones de entrada, estaban ricos pero poquitos. La paella del chef estuvo buena y la porción generosa. Buena opción en el norte, después del delicioso trancón.

La comida está muy bien, las porciones son adecuadas; pero fallan estrepitosamente con las bebidas ofreciendo unicamente gaseosas. Deberian incluir jugos naturales.