El ambiente es agradable. El servicio muy bueno. Me esperaba sabores más autóctonos. El ceviche era bueno pero no me transportó a Perú. La crema de maíz es muy suave y de buen sabor.

Llegué por casualidad pues un taxista me llevó allá. Quedo en el centro de la ciudad, no es bonito no es feo. Uno entra al restaurante y se ve mejor de lo que uno espera pero no marca una experiencia grata el diseño de su entorno. El personal de servicio es muy atento, aunque andan pendientes de mil cosas y no del cliente como debería ser. Usted piensa que está en un restaurante de medio nivel cuando entra... La carta comparte platos mexicanos y peruanos, lo que afecta un poco su identidad gastronómica. Escogí probar lo peruano. Me llevé una grata sorpresa. Los sabores se definen, son fuertes y representativos del perú. La sazón me gustó, no lo podia creer. Las porciones son grandes.

Es un restaurante sobrio y moderno, muy agradable para hablar y concertar reuniones. Celebran los cumpleaños y es lo único que te saca del hilo de las conversaciones. La comida es especial, que buen ceviche el que me comí. El sabor fue agradecido y la presentación fue diferente. LA limonada de liches es recomendada.

Es un restaurante de hotel, y es muy política y gastronómicamente correcto. El ambiente es optimo para reuniones de negocios, sobrio y con servicio de buen nivel. En el desayuno hay variedad de opciones, aunque de un día tras otro los cambios no son tan notables (por lo general es un modelo para ejecutivos que no duran muchos días hospedados). En el almuerzo y la cena hay variedad internacional en los platos, se cuidan los sabores y las presentaciones.

ES la reposteria mas tradicional y representativa de Medellin. Su sabores son especiales y difícilmente repetibles, por eso no hay sabores iguales a los de la astor. Los moros son únicos, no se consiguen en otra ciudad del país de tan buena calidad.

En mi caso los sabores fueron muy buenos, la propuesta es novedosa con makis fuera de lo común. sin embargo el rollo estaba suelto... la calidad puede mejorar pero los sabores están muy buenos!

Es un restaurante sobrio, con cocina de autor. Los sabores son conocidos, pero deliciosos. La atención tiene un par de cosas por mejorar, pero el comenzal se siente bienvenido.

La creme brulee es de ataque, esa cobertura de azúcar flameada es excepcional...Y trae uchuvas en dulce como sorpresa. Delicioso.