Excelente lugar para almorzar un día cualquiera. Buen precio y los platos son generosos. Probé el filete camaranero, recomendado aunque el mío tenía algunas espinas y soy un poco paranoica con ello. Deliciosos jugos. Muy buena atención.

El plato recomendado del sitio es la cazuela de mariscos, sin embargo yo pedí unas cositas de langosta, estaban ricas pero nada del otro mundo, buen patacón y suero costeño. Los meseros son atentos pero lentos. La zona del aire acondicionado es terriblemente fría.

Mi segunda vez en el lugar, tenía muy buenos recuerdos de la primera cuando probé unas muelas de cangrejo al ajillo como entrada y unos langostinos al coco con un maravilloso arroz llamado primavera. En esta ocasión probé el filete a la papillote el cual viene cocinado en tomates cherry y pimentón, envuelto en hoja de bijao, una combinación de sabores deliciosa. El lugar es agradable, la atención al inicio buena al final se demoraron cantidades trayendo la cuenta. Lo único que no me gusta es la música en vivo que tienen, un poco anticuada para mi gusto, ni típica ni romántica y superficial por las pistas que utilizan.

Empecemos por la atención, fui sola y se esmeraron por hacerme sentir bien, creo que no había recibido antes una atención parecida. Elegí un coctel que no tenían y finalmente me dieron gusto y lo prepararon, el pan de entrada con toques de sal marina con una salsa de tomate de árbol, único. El plato fuerte pescado a la brasa con verduras, sencillamente exquisitos. Y el postre un flan que realmente me pareció más un créme brulé. El costo valió la pena.

Es la segunda vez que estoy en este restaurante, la primera la experiencia no fue del todo agradable pero lo atribuí a factores externos, por eso le di una segunda oportunidad. La atención es pésima, temporada baja, meseros atienden de mala gana. El pescado no sabe a fresco y el acompañamiento verduras calientes saben a pescado. No lo recomiendo.