Este lugar por fin es uno en Cali que combina todo y hace que el valor importante sea la experiencia. Me refiero a que los precios y la calidad de la comida son superiores a muchos otros en la ciudad. Es muy especial porque está casi escondido de todo pero mantiene lleno. Los tiempos de espera son justos, la presentación increíble. Las porciones generosas. Definitivamente lo recomiendo.

Es normal. No es un lugar con el que sueñe volver. Los platos son de pasta... eso a mi me mata todas las ganas de comer.

Éramos tres y pedimos pulpo a la parrilla de entrada. Al terminarlo, cada uno quería pedirlosde plato fuerte...qué exquisitez, como nunca lo había podido encontrar en Bogotá, crocante por fuera y nada chicloso por dentro. Ordenamos jaibas, arroz caldoso y el enrollado de pescado. Los tres deliciosos, pero las jaibas se llevan la corona. A pesar de que fuimos al mediodía y éramos los únicos en el restaurante, el servicio fue muuuuy demorado, una hora entre entrada y plato fuerte, ya nos íbamos a enloquecer. Pero estuvo muy buena la comida y al final quedamos con una buena experiencia.

Amo este lugar, fui para mi cumpleaños y todo de principio a fin fue perfecto. Cada plato es hecho a la perfección y me encanta la combinación de platos clásicos europeos con todo lo criollo y del pacífico. El mejor restaurante de Cali sin duda, relación costo-valor más que justa.

Qué tristeza. Llevé a mi papá al día del padre y se demoraron una hora y veinte en servirnos, y llegamos a las 2 cuando ya estaba medio vacío el lugar. Lo peor de todo es que tienen el valor de poner en la carta QUE SE DEMORAN. No solo eso, los platos son demasiado costosos. Pedimos un fettucini con frutos del mar, a mi papá le encantó, 34 mil pesos, pero el Juanita Acosta, qué decepción: una especie de combo McDonalds de pescado que vale 24 mil pesos. Terrible.