La comida del restaurante es deliciosa, sin embargo eso es lo único que descresta de todo el establecimiento. He ido ya 3 veces y los anfitriones siempre han estado desubicados y con pocas ganas de trabajar. El ambiente es lindo pero nada especial. Las porciones son ridículamente chiquitas, en especial porque "son para compartir". El menú de degustación es bueno pero no excelente y como el restaurante sigue en furor dejan a las personas haciendo fila aún con mesas disponibles con la disculpa de que están reservadas. Ayer en especial todo salió mal. Llegué a Osaka a las 7:30 y en vista de que había varias mesas desocupadas pregunté porque no hacían seguir a las personas a lo que contestaron que las mesas estaban reservadas a las 7:00 pero que ya iban a empezar a soltar las reservas. Pasamos a la barra a esperar donde vimos que las personas no entran al restaurante por orden de llegada, como no puedo demostrar que incentivó a los meseros a hacer seguir a ciertas personas antes que otras, lo dejaré a su imaginación. Muy decepcionada, definitivamente no volveré a ir ni le recomendaría a nadie más que vaya.
