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Excelente el concepto de un menú selecto, atendidos por el dueño, pasta crocante de entrada, cordero y cerdo de segundo , de postre el cream brûlée al estilo del chef, nos gusto mucho, recomendado

A este lugar llegue por pura casualidad ya que es bastante escondido. Su dueño y chef es un joven Belga. Todo el lugar lo hizo casi que con las manos y la verdad es que le quedo espectacular. En cuanto al menu la verdad es que aun no estoy claro que se come, basicamente Klass prepara platos diferentes cada dia. Los panes que vende para llevar son increibles, muy artesanales. Al igual que la mantequilla de Mani....Un pote no va a ser suficiente!

Una agradable sorpresa. Llegamos de casualidad y nos llamo la atencion su decoracion minimalista. La comida tiene un toque especial y el mesero muy atento. Definitivamente volveré a probar los otros platos

Este restaurante, sin ser en lo mas minimo pretencioso, es realmente increíble. La casa, que desde afuera no promete mucho, es sencilla y agradable por dentro. Uno es atendido por el dueño, que ademas es excelente cocinero. No hay un menu fijo, sino que cada dia hay una serie de platos hechos para compartir. El vitello al tonato, o carpaccio de ternera, al igual que los esparragos y el arroz pilaf son muy buenos y bien presentados. Sin embargo, lo mejor es el lomo sellado acompañado de un tomate al horno y papas salteadas. La torta de naranja y almendras de postre es muy buena. Muy recomendado.

Lo que más me gusta de este restaurante es que ofrece un momento muy íntimo con quien vayas. El ambiente es como estar en el comedor de un hogar, el chef te presenta el menú y sus sugerencias personalmente, y hay silencio y tranquilidad alrededor. Es entonces perfecto para una cita. Recomiendo el conejo y los raviolis.