Islamorada

El restaurante es demasiado lejos, la carretera es destapada, la atención por parte de los meseros es demasiado lenta, la comida no es nada especial y te hacen esperar casi 1 hora para poder comer.

Me parece muy bonito el lugar, la comida es muy rica , la música en vivo y quienes tocaban un acierto, no me gusto la atencion de los meseros, pedi un cambio de mesa y lo negaron con 5 o 6 mesas en todo el lugar desocupadas, lo senti como negligencia.

La comida no me sorprendió, tal vez es una buena propuesta para un gran sitio de eventos y fiestas para el cual se deba pagar un cover. Sin embargo, si el plan es ir a comer cuando estás por Sopó o La Calera y te piden pagar un cover para entrar y no encuentras una propuesta gastronómica diferencial la situación no es positiva. El lugar es más un desacierto de diseño y concepto de playa en la mitad de la fría montaña andina.

Primer restaurante en el que tengo que pagar un cover no consumible de $20.000 por persona y la comida no es gran cosa.

Islamorada es, si no la única, si la mejor opción para los que queremos tener una experiencia gastronómica y a la misma vez de entretenimiento diferente a todas las cosas que el mercado en Bogotá y sus alrededores ofrece. Es un lugar único en todos sus aspectos, pues ofrece tanta diversidad en sus servicios que se ha convertido en el lugar ideal para familias, para celebraciones, para turistas, para enamorados y demás. La música de Andres Cepeda en vivo es espectacular!!! Comer mientras que Andres esta cantando en vivo es increíble! Definitivamente super recomendado.