Fui el miércoles santo, la experiencia de este restaurante sobrepaso los limites de mi paladar. La entrada fantástica, La mesa reservada por vía telefónica espectacular. El vino buenísimo y lo que mas me dejo anonadado fue la atención personalizada de Ana Gonzales y Luis Enrique Vargas los cuales recomiendo a carta cabal. Por Dios que atención!!. El plato fuerte de mi invitada, la cual no puede comer condimentado por motivos de salud fue el salmón ahumado, la consintieron sin medida, yo me fui por langosta en salsa de ajo con brangus; impresionante plato, el termino del brangus adecuado tal como lo pedí. El servicio justo a tiempo, el ambiente espectacular, muy adecuado, entre romántico y republicano. La presentación del plato y el aseo en general lo mejor. lo recomiendo sin medida, vale la pena. Por mas que encontré algo para bajarle sinceramente no vi por donde. Y de precios ni hablar esta por los lados sin vino entre 50 a 60 mil pesos con entrada plato fuerte y postre. Me parece mas bien económico. Vale la pena, el sito, la atención la decoración y el menú muy clásico sin tanta parafernalia y sobre todo la atención se siente uno como miembro de la monarquía británica o algo así. Recomendadisimo, vayan vale la pena es uno de los restaurantes mas excelentes que tiene Bogota.
