La verdad que de este lugar se esta hablando y mucho en la calle últimamente. Creo que es un lugar que esta tocando una linea que nos hacia mucha falta en Bogotá. La atención , el trato cálido, la calidad de la comida y de las bebidas se siente. Son varias las ocasiones que he acudido a este sitio y tengo que reconocer que siempre me han atendido fantástico. En una ocasión tuvieron un fallo y no dudaron en acercarse a disculparse, poner la cara y solucionarlo. Me gusta que cuidan cada detalle ya sea uno de los Gin & Tonic que tan referente han hecho al lugar como un simple jugo. La cantidad en la comida que no va regañada con el sabor ni la presentación. Me quedare siempre con la zona que llaman Gastrobar , en la cual la primera vez que me sentaron me sorprendí por su confort y versatilidad. Es un sitio al que se puede ir 2 o 3 veces en semana para trabajo, para cena de pareja o almuerzo de trabajo siempre vas a salir encantado y deseando volver. Me siento feliz de que traigan propuestas que están al alcance sólo de ciudades como NY y Londres. Mis recomendaciones pizzetta de langosta (ojo es grande para 4), las croquetas de calamar y el NY stek. De postre la torta de manzana es ..... no tengo palabras con ese postre.

Un clásico de Bogota aunque el ambiente es algo mas que adulto, no es raro encontrarse a familias almorzando allá, comida consolidada , rica y con unas cantidades buenas. Tomar unos vinos y varios platos al centro de mesa siempre es una muy buena experiencia.

Es un restaurante sin pretensiones pero se nota la calidad del grupo DLK en el. Servicio bueno y muy impulsador de ventas, para mi este restaurante es la fusión de Di Luca y La Brasserie. Buena y muy buena calidad en todo lo que da. Aunque no estoy muy desacuerdo con los gramajes de las carnes que dicen en la carta y lo que ponen. La carta no es corta , no es inmensa pero tiene mucha calidad. La pasta muy muy buena. Siempre es un sitio para comer rico a cualquier hora.

Son muchas las ocasiones en las que he ido a este restaurante. En las noches siempre me he sentido envuelto por el ambiente, la música en vivo de calidad siempre da algo distinto. Pero criticando finamente creo que el servicio es muy regular. No le he encontrado calidad en servicio y en ocasiones algún mesero es confianzudo por el mero hecho de haberte atendido en alguna ocasión con anterioridad. En cuanto a la carta, lleva demasiado tiempo la misma (aburre un poco) y aunque no es mala calidad si es regular pues si uno pide una carne la mitad del plato son patatas. La verdad que la mitad del plato o algo mas de la mitad son patatas en distintas presentaciones, papas fritas, puré de papa... La verdad creo que en esta ciudad cuando algo se pone de moda los clientes somos poco críticos y los que manejan estos restaurantes se vuelven cómodos. Ojalá este comentario se lo tomen para mejorar.

Me parece un restaurante que intenta ser un quiero y no puedo. Las mesas son incomodas y demasiado apretadas. Los meseros no se saben la carta, eso se nota en que te recomiendan platos pero no saben explicarlos. La barra es algo incomoda, no hay como sentarse derecho o frente a la barra. La carta es muy muy corta y los platos no son nada del otro mundo. He estado en un par de ocasiones en Pais Vasco y la verdad ni de lejitos se les parece. Definitivamente es un sitio con mas fama que calidad.