A pesar de ser un lugar tan bonito, salí decepcionada con la calidad de la comida, el tamaño de las porciones y el precio exagerado de algunos platos o bebidas, por ejemplo, las "aguas" o infusiones frías: un vaso de agua medio saborizada por 8 mil pesos es absurdo. Un plato con 3 langostinos, 41 mil pesos. Una lástima, pero no regreso.

Me sorprendió encontrar opciones vegetarianas en este lugar, lo que le suma muchos puntos. Tiene una carta variada y las papas de la casa son deliciosas.

Muy buen servicio, deliciosa la comida y tiene muchas opciones para vegetarianos. El ambiente no es nada del otro mundo, pero la calidad de la comida compensa todo.

Uno de los pocos restaurantes en Bogotá donde comer muy bien, con buenas porciones, no cuesta una fortuna. Súper recomendado.

Un clásico de Bogotá. Comida italiana de la mejor calidad. El ambiente es muy normal, pero el servicio es fantástico. Varias opciones para vegetarianos.

Una carta variada y con opciones deliciosas para todos los gustos, incluso los vegetarianos. El ambiente es acogedor, de día o de noche, el horno de barro lo hace aun más encantador.