Ofrece variedad de pescados y mariscos en variadas preparaciones, con ingredientes de calidad, en técnicas de preparación adecuadas, de acuerdo al producto manejado. Tienen cuidado en su terminación y presentación, lo que hace del acto de comer una experiencia agradable, en la selección que haga el cliente.

Ubicado en el barrio La Candelaria, es ideal para una parada en el recorrido por sus galerías de arte o sitios históricos de Bogotá. La comida es muy buena y la atención al punto. El ambiente algo agitado por el tránsito de personas en el Museo del Banco de la República. Ideal para los turistas de la zona o personal de las oficinas gubernamentales que quedan por allí.

La cocina buena. Ingredientes adecuados y nivel de cocción en su punto. Algunos platos de los que tenía referencia ya no están en la carta, cambiada recientemente. La atención bien al principio pero pasados los minutos se olvidan de ti. El ambiente un poco pesado pues el espacio es amplio y la asistencia de clientes nutrida. Bueno para almuerzos en grupo pero tal vez no para atenciones más reservadas o cenas románticas.. Bullicioso.

Delicioso restaurante, pequeño y acogedor. Su carta es corta pero cien por cien francesa. La crema de cebolla, estupenda. Los riñones al jerez, exquisitos. La creme brulé, delicada. La atención por parte de sus propietarios, muy amable. Me quedé con la ilusión de probar el pato... cuando lo haya!

Ambiente agradable, semeja espacios de ciudades antiguas italianas. Buen servicio y excelente cocina, en particular la lasaña acompañada con una deliciosa ensalada de lechugas frescas.

Variedad de cocina marina, sin embargo, a mi estómago le cayó mal la comida. ¿Problema de calidad de los ingredientes?

Tiene ambientes agradables, con tres espacios diferenciados, una terraza con calefacción, que viene bien para días fríos en Bogotá. Las carnes, bien seleccionadas, el término escogido por el cliente se respeta y llega a la mesa en su punto. Las guarniciones son adecuadas y buenas las ensaladas, con ingredientes frescos y adiciones al gusto. Agradable para ir en grupo de amigos, compañeros de oficina, etc.

He vuelto a este restaurante y me parece que mejoró la cocina. El lomo Benetto estaba muy bueno, cocido en su punto a término medio y el salmón a la parrilla fresco, acompañado de camarones con una cocción excelente que los presenta blandos, no cauchudos como cuando se cocinan demasiado. Música en vivo agradable pero podía ser más acorde con el ambiente que se quiere dar al sitio, de misterio y recogimiento. Mejoró también el servicio.

Aunque no está ubicado en un lugar muy vistoso, es fácil localizar su dirección. El ambiente interior -al menos al medio día- es austero, sin lujo pero agradable. La atención (éramos los únicos comensales) muy amable y oportuna, explicando bien en qué consiste cada plato. Los platos escogidos (cordero) estaban agradables, a 1 punto de picante, seleccionado. Sus salsas gustosas y variadas. Vale la pena intentarlo.

Espacio de diferentes niveles amplio y diferenciado, agradable para estar un rato. El servicio amable y oportuno. La cocina, con buenos ingredientes pero se debe estar preparado para comer bien spicy, por lo menos en los platos que degustamos: mejillones a la petit pois y al curry. Se requiere acompañar de una buena ensalada para bajarlas bien.