Riquísimas arepas de huevo y carimañolas, tanto por cocción como por sabor. Lástima que no vendan las arepas de huevo sino en los desayunos. La posta negra es muy buena, por textura, salsa y acompañamientos. Otros recomendados son los langostinos al ajillo cremoso, la pasta con langostinos y el coctel de camarones. La hamburguesa fue una agradable sorpresa y viene con unas papas en cascos espectaculares. Hay muchas opciones de postres. La Porteña con arequipe, una torta de chocolate muy concentrado con cobertura de chocolate es el clásico y viene caliente. El pie de limón tiene un toque ácido delicioso y merengue suave y cremoso. El servicio debe mejorar. Desordenados y lentos para llevar los platos y las bebidas a las mesas, aunque estaban a la vista en la ventana de la cocina o en la vitrina de los postres.

No alcancé a ir al que hubo en Bogotá. No entiendo por qué lo quitaron (excepto por el sitio, pleno Parque de la 93). Es un buena opción para una comida sabrosa y descomplicada al lado del Intercontinental y Nao Shopping, cerca a El Laguito. Hay muchas variedades de pizza, con y sin salsa de tomate. Todas son de 30 cm y masa delgada. Pedimos la Lubiana (con trozos de tomate fresco, albahaca, priosciutto crudo y queso, sin salsa de tomate) y la Napoli (salsa de tomate, queso mozzarella, albahaca, anchoas y aceitunas negras). Ambas deliciosas, con buen balance de ingredientes y una masa crocante y de buen sabor. De postre, panacota con salsa de frutos rojos y torta de chocolate caliente (más bien era un brownie) con helado sobre un crocante. Ricos. Además tienen muchas alternativas de ensaladas, entradas y pastas que pintan muy bien. Hay incluso un menú del día. El servicio es rápido y son atentos. La terraza es cómoda y también hay una zona climatizada a una temperarura agradable.

Buscábamos un restaurante italiano por Bocagrande distinto a Semolina y dimos con este lugar. Fue un descubrimiento que superó todas nuestras expectativas, debido a que había muy pocas reseñas. El ambiente es agradable por la amplitud, la música variada y sin estridencias y el aire acondicionado a una temperatura adecuada. Buen servicio y más bien rápido. Pedimos tres pastas muy distintas: fetuccine con langosta, spaghetti arrabbiata y fetuccine a la cangreja. El fetuccine con langosta tenía una salsa suave a base de tomates, crema y eneldo y traía una cola de langosta baby además de trocitos de langosta. La cocción de la langosta y la pasta en el punto perfecto. La salsa de tomate del spaghetti arrabbiata tenía un sabor delicioso y la tocineta era crocante y en suficiente cantidad. De nuevo, punto positivo para la cocción de la pasta. El fetuccine a la cangreja estaba preparado con ajo, aceite de oliva y vino tinto, con un toque de cilantro. La carne del cangrejo sin pegas y bien de sal. Plato suave y muy diferente a otras preparaciones. Otra vez, cocción perfecta de la pasta. Finalmente, una panacota con salsa de frutos rojos a la cual le dejaron un toque de ácido. La textura perfecta. Fresca y deliciosa por sabor y punto de dulce. La carta es muy variada (con opciones de res, pollo, pescados y mariscos; entradas frías y calientes) e incluso tienen pizzas.

A Semolina se va a la fija. La base de la carta es similar a los de Andino y Fontanar, pero hay platos diferentes como el Bowl de Atún (recomendado) o el Bowl de Pollo. Los pescados blancos son róbalo y corvina en lugar de tilapia, algo que se agradece. No dejen de probar el jugo de mango biche, espectacular. Quizás el aire acondicionado puede ser fuerte en algunos puntos del local.

Vive de la fama. $56.000 por un pargo frito mediano y pasado de cocción, patacón blandengue y arroz con coco salado. Ambiente lúgubre y música de ascensor. Lamentable si no fuera por el servicio.

La mejor comida árabe en Cartagena y probablemente en Colombia. El servicio puede mejorar (un poco lento y no ayuda mucho a elegir los platos o aclarar dudas). Es tiempo de renovar el ambiente, anticuado y con un aire acondicionado insufrible. Mejor escoger una mesa en la terraza, al aire libre. Los jugos y limonadas tienen precios ridículos, más que en otros restaurantes de Cartagena.

El mejor arroz caldoso que he comido hasta ahora. Los langostinos en salsa de uchuva con pasta negra son espectaculares. También recomiendo el mero especial con arroz en tinta de calamares. Muy buena atención. El show flamenco es agradable.

Lo único que mejoraría es la temperatura de los arroces. Carta muy variada. Desde las entradas hasta los postres son deliciosos.