Un gran descubrimiento
La verdad siempre me he quejado de los steak house de la ciudad y nunca me imaginé encontrar una estupenda alternativa a un par de cuadras de los patios de Alamos. Este lugar, congelado en los años noventa tiene como dueño a uno de los mejores parrilleros de la ciudad. La materia prima, los cortes y la cocción son superiores a la mayoría de alternativas "famosas y elegantes" de nuestra ciudad. Mucha gente no se imagina que vale la pena "el paseo" para llegar a este sitio.
En una ocasión fui un fin de semana, pero fue una mala idea: no había sitio para parquear, ni variedad, ni clientes. Luego este sitio se limita a almuerzo entre semana.
De entrada recomiendo el chorizo español. Este viene acompañado de una yuca frita espectacular. De plato fuerte siempre pido el lomo de corte ancho. Ofrecen varios acompañantes para escoger. De postre, para terminar con broche de oro, queso derretido con arequipe. Todo anterior por un precio cercano a $50.000 por persona.
Espero que este sitio mantenga su gran calidad para poder seguir diciendo que en Bogotá está el mejor steak house en el lugar menos esperado.
