Una experiencia coreana auténtica, la posibilidad de realizar los asados en la mesa es algo que le da un toque adicional a la visita. Los pinchos de entrada son deliciosos y el kimchi es muy bueno. Recomiendo el asado de cerdo y calamar. La atención sin ser mala podría ser más amable.

Una propuesta novedosa de comida mexicana a base de plantas, la presentación de los platos es muy buena y es uno de esos restaurantes que te hacen olvidar por completo de la carne. El lugar tiene un muy buen diseño por lo que brinda una experiencia muy agradable.

El restaurante está muy bien diseñado, realmente no lo esperaba porque desde afuera parece una entrada normal. Los platos son de porciones generosas y buen sabor, sin embargo no sentí esa sazón particular de la comida peruana.

Tienen una buena variedad de tacos, las tortas son buenas y tal vez son de las pocas cosas que se podrían pedir como plato único, los esquites estaban muy ricos. La atención no es la mejor, para atender un grupo grande me parecieron muy desordenados.

Es un lugar con una decoración y ambiente de cita romántica, la carta es interesante entre pizza, café y coctéles. La pizza es rica pero no sientes el sabor a horno de leña. La atención fue ágil y amable.

Platos deliciosos y buena presentación, los meseros dan buenas recomendaciones y la atención es amable, podrían tener más opciones de bebidas sin alcohol.

De esas propuestas gastronómicas con las que definitivamente no extrañas nada de origen animal, son muy buenos, me sorprende la calidad de las proteínas y el lugar es lindo, un look muy Chapinero, a la vanguardia sin ser pretencioso y sin descuidar que el lugar se vea interesante.

No le tenía fe porque los baos se ven pequeños, sin embargo al comerlos te das cuenta que tienen buena porción de proteína y son muy ricos. Si comes bastante puede que no baste la pareja de baos, puedes optar por los arroces que también son interesantes. Sería bueno que tuvieran opción de jugos naturales.

Creo que es lo más cercano a comer comida casera japonesa, es un lugar poco pretencioso y más bien tranquilo. Los platos son muy distintos a lo que uno está acostumbrado a ver en restaurantes "de moda" o de cadena, por lo que siempre pueden sorprender con sus texturas y sabores. La presentación no siempre es la mejor, pero para mí siempre vale la pena. La decoración sin duda da para entretenerse, es un lugar con historia.

En definitiva mi brunch favorito, todo es delicioso, el croissant es suave sin perder crocancia en el exterior, los sabores son muy agradables. La torta Sánchez es muy dulce para mí, pero se nota la calidad del chocolate y tiene toques de sabor interesantes. Los meseros en definitiva conocen el producto y se nota cuando lo explican y te dan consejos, eso me encanta. Esta vez ya tenían una carta impresa y me encantó.