Estuve hace poco en este restaurante de estilo familiar al cual había querido entrar hacia rato. la experiencia no fue muy buena. En cuanto al ambiente pues nada raro. Un salón con mesas normales, sillas normales estilo sala de la casa, de hecho el restaurante es una casa pero me lo imaginaba un poco mas acogedor. Yo probé las lasagnas de la casa con pollo y jamón, y la margarita con vegetales. buenas porciones, nada extraordinario en cuanto a sabor, un poco aguadas y un poco simples, solo eso, nada espectacular. Ahora viene la peor parte, el servicio, desde que ordenamos con un par de familiares que me acompañaron, hasta que finalmente se les antojo servirnos pasaron unos 30 o 40 mins. previamente habiendo llamado al mesero para preguntar por nuestro pedido un par de veces, a lo que siempre contesto que ya casi nos servirían, no falto nada para que nos fuéramos y dejáramos la mesa tirada por la demora. Eso es todo, no se si quisiera volver, prefiero otros restaurantes italianos.

Por cuestiones de la casualidad, pude conocer y probar este sitio. Probé la hamburguesa con queso y tocineta, y la mexicana. Las dos excelentes. Muy ricas, la carne excelente además que puedes escoger el termino de cocción, y vienen acompañadas con ensalada y dos tipos de papas o aros de cebolla que son muy buenos. Las porciones grandes y se queda con la sensación de que valió la pena lo que se pago, y queda uno satisfecho. El servicio es un poco demorado, e promedio desde que se hace el pedido puede tardar 25 mins. Recomendado.

Los acompañamientos son mejores que los platos fuertes. Probé el ajiaco (bastante regular y frío), y las hamburguesas que saben a manteca y no son muy grandes. Con lo que se paga allá, se puede comer mejor en otros sitios. Los sitios son muy amplios y nada acogedores. Se siente uno comiendo en una plaza de pueblo.

Fui cliente muy frecuente de esta cadena desde principios del 91 mas o menos, y he visto desmejorar cada vez mas este sitio. El servicio es malo tal vez por que saben que la gente les rinde pleitesía y les hace fila una hora para un helado. En una ocasión en que pedí un crêpe en el de san Rafael me lo llevaron a la mesa sin pan. Al hacer el reclamo a la administradora frescamente y con tonito de prepotencia solo dijo "se acabo" sin siquiera avisar antes de hacer el pedido. En fin yo ya no les beso los pies como mucha gente por que ha decaído el sitio y la atención es como si uno estuviera pidiendo limosna. Además que me canse de salir con hambre siempre por que todo cada vez es mas pequeño. Hasta los helados.