Se nota que es un restaurante que tiene muchos años por su decoración, un tanto "apagada". La rápidez en el servicio fue en realidad lo que más me gustó a demás de la amabilidad de todos los meseros y del propietario. Las porciones son mas que suficientes y la comida es de muy buen sabor y muy fresca que es algo que se nota muchisimo en pescados y comida de mar. Vale la pena ir.