Simplemente delicioso, no veo la hora de volver. La experiencia en olé fue fantástica comenzando con su chef y dueño que de manera muy atenta recibe a cada comensal, como fuimos 10 personas nuestros platos se demorarían pero saben manejar muy bien la situación, nos enseñaron un juego con una especie de bota y vino de verano donde pasó el tiempo entre la diversión y la atención del chef y no supimos cuanto demoro. Al hablar de la comida, una paella exquisita, todo estaba con la cocción adecuada. Otros pidieron carne las cuales también tenían términos perfectos y de cortes generosos y bien porcionados. Para algunos puede llegar a ser costoso pero realmente vale la pena.