El restaurante es muy acogedor, el ambiente para mi es romántico y elegante por el tipo de iluminación en el primer y segundo piso. La comida es deliciosa! recomiendo los camarones dinamita de entrada y un mango Thai de plato fuerte. El menú es muy variado, para todos los gustos creo yo. También hay bastante variedad en sushi para los que les gusta y una terraza espectacular para compartir con amigos y familia. Cuenta con bastante zona para parquear.