La comida es rica, los perros son grandes y muy generosos. Las salsas son deliciosas en especial la salsa de ají amarillo y la de jalapeño. La atención es buena. Me gusta que apliquen la campaña de no tomar bebidas con pitillo, excelente por ese lado. El lugar es super fresco y el techo es tan alto que permite la ventilación. Un defecto fue que el baño estaba sucio.