Nos llamó mucho la atención que el domingo que estuvimos en el Parque de Usaquén, a pesar de la lluvia, la gente hacía fila para entrar a Wok, así que decidimos probarlo anoche para cenar y fuimos al del Parque de la 93. Yo tenía antojo de sopa ramen y eso fue lo que pedí. Pedí la vegetariana y me fue bien. No estaba espectacular pero cumpliò el propósito. El jugo de mandarina, muy sabroso. Mi esposo pidió un stir fry de carne y bok choy que tambièn eataba bueno. Nos atendieron bien, a pesar de que faltaba solo media hora para que cerrara el restaurante. Nos llamó la atención el movimiento de los 'tenders' detrás de la barra: trabajaban sin parar. El ambiente nos recordó un poco a un restaurante popular en Londres que se llama Wagamama, que solo sirven sopas asiáticas: mesas largas, comunes, en las que conocidos y desconocidos comparten el espacio.
Luego del recorrido por La Candelaria, nuestro conductor insistía en llevarnos a un restaurante de comida típica. Honestamente, ya hemos comido suficiente de esa. Leí en TripAdvisor sibre este restaurante y en realidad, no nos decepcionó. Los jugos de guanàbana con mora y otra fruta colombiana, excelentes. Las entradas: ensalada de espàrragos y sopa de cebolla, deliciosísimas. El ratatouille, tal como todos lo califican: buenísimo. Las escalopinas de cerdo las hayamos un poquito resecas pero el acompañamiento de puré y ratatouille compensaron. Disfrutamos viendo cómo euno de los chicos flambeaba las créme brulée, q por supuesto, también probamos. En general, fue una deliciosa experiencia gastronómica. El resraurante está un poco escondido en una calle medio rara del vecindario. Es pequeñito pero con buen ambiente. Gracias al chef Pastor que nos deleitó con sus creaciones hoy. RECOMENDADÍSIMO. Parada obligada en La Candelaria.
El que montó este restaurante es sumamente creativo. Un concepto de esos que uno se pregunta: por qué no se me ocurrió a mí. Aùn cuando faltaban 20 minutos para la hora de cierre, ayer domingo, nos recibieron amablemente y nos atendieron bien.
La sopa de lentejas fue lo mejor que comimos. Mi stroganoff estuvo bien pero lo encontré un poco frío. Probé el vino caliente, por primera vez: estuvo muy bueno.
Felicidades al creador del concepto. Me encantó su cuenta de instagram.
Somos panameños y vinimos x recomendación de una amiga. Aprovechamos el menú de la temporada y pedimos la crema de auyama con crema de leche y almendras, q estaba deliciosa. También pedimos una especie de carpaccio de ternera con alcaparras fritas. Nunca había probada alcaparras fritas y nos encantaron. El plato fuerte, unos capellini de espinaca y ricotta, delicadísimos. Para cerrar, el pie de pistaccio, q fue un excelente cierre. En cuanto al servicio, no nos atendieron mal pero nos dejaban olvidados; es el único comentario no tan positivo que puedo mencionar. Por lo demás, toda la combinación de sabores fue excelente. RECOMENDADÍSIMO.
Wok (Parque de la 93)
Nos llamó mucho la atención que el domingo que estuvimos en el Parque de Usaquén, a pesar de la lluvia, la gente hacía fila para entrar a Wok, así que decidimos probarlo anoche para cenar y fuimos al del Parque de la 93. Yo tenía antojo de sopa ramen y eso fue lo que pedí. Pedí la vegetariana y me fue bien. No estaba espectacular pero cumpliò el propósito. El jugo de mandarina, muy sabroso. Mi esposo pidió un stir fry de carne y bok choy que tambièn eataba bueno. Nos atendieron bien, a pesar de que faltaba solo media hora para que cerrara el restaurante. Nos llamó la atención el movimiento de los 'tenders' detrás de la barra: trabajaban sin parar. El ambiente nos recordó un poco a un restaurante popular en Londres que se llama Wagamama, que solo sirven sopas asiáticas: mesas largas, comunes, en las que conocidos y desconocidos comparten el espacio.
Sant Just
Luego del recorrido por La Candelaria, nuestro conductor insistía en llevarnos a un restaurante de comida típica. Honestamente, ya hemos comido suficiente de esa. Leí en TripAdvisor sibre este restaurante y en realidad, no nos decepcionó. Los jugos de guanàbana con mora y otra fruta colombiana, excelentes. Las entradas: ensalada de espàrragos y sopa de cebolla, deliciosísimas. El ratatouille, tal como todos lo califican: buenísimo. Las escalopinas de cerdo las hayamos un poquito resecas pero el acompañamiento de puré y ratatouille compensaron. Disfrutamos viendo cómo euno de los chicos flambeaba las créme brulée, q por supuesto, también probamos. En general, fue una deliciosa experiencia gastronómica. El resraurante está un poco escondido en una calle medio rara del vecindario. Es pequeñito pero con buen ambiente. Gracias al chef Pastor que nos deleitó con sus creaciones hoy. RECOMENDADÍSIMO. Parada obligada en La Candelaria.
Al Agua Patos (Parque de la 93)
El que montó este restaurante es sumamente creativo. Un concepto de esos que uno se pregunta: por qué no se me ocurrió a mí. Aùn cuando faltaban 20 minutos para la hora de cierre, ayer domingo, nos recibieron amablemente y nos atendieron bien. La sopa de lentejas fue lo mejor que comimos. Mi stroganoff estuvo bien pero lo encontré un poco frío. Probé el vino caliente, por primera vez: estuvo muy bueno. Felicidades al creador del concepto. Me encantó su cuenta de instagram.
Di Lucca (Zona T)
Somos panameños y vinimos x recomendación de una amiga. Aprovechamos el menú de la temporada y pedimos la crema de auyama con crema de leche y almendras, q estaba deliciosa. También pedimos una especie de carpaccio de ternera con alcaparras fritas. Nunca había probada alcaparras fritas y nos encantaron. El plato fuerte, unos capellini de espinaca y ricotta, delicadísimos. Para cerrar, el pie de pistaccio, q fue un excelente cierre. En cuanto al servicio, no nos atendieron mal pero nos dejaban olvidados; es el único comentario no tan positivo que puedo mencionar. Por lo demás, toda la combinación de sabores fue excelente. RECOMENDADÍSIMO.