Fui con familia y amigos el día del plebiscito y el lugar estaba abarrotado. Las entradas se demoraron 15 minutos en llegar y los platos fuertes otros 32 minutos. Trajeron las salsas cuando ya habíamos acabado las entradas y los platos llegaron en desorden. El lugar no tenía cómo acomodar a 8 personas. El ajiaco vino sin alcaparras o crema porque se les había acabado. A pesar de todo, la comida estuvo buena, excepto las limonadas que nadie pudo acabar por lo dulce que estaban.

Un lugar al que vas por necesidad. El servicio es lento y los meseros están algo desesperados con el flujo imprevisto de personas. Cuando pedí la contraseña del wifi un mesero fue bastante descortes, dijo «aqui vienen a molestar siempre por el wifi, busque en su recibo la contraseña» La pastelería no tiene el mismo cuidado que otros locales de Oma y no hay espacio para comer tranquilo.

Me senté en la barra y le comenté a la mesera que era la primera vez que venía al lugar. Justo después trajo 3 pequeños vasos de las cervezas artesanales que tenían disponibles. Detalle de fina coquetería. Pedí una picada para compartir y la cerveza negra. Ambas cosas deliciosas. La música estuvo perfecta y variada; con dos vasos de esa cerveza lo único que le deseaba al lugar era una pista de baile. Recomiendo las salsas de la casa.

Pedí una sopa de la casa, un crepes de pollo Pekín y una limonada natural. Lo que me sorprendió fue la sopa, llegó en 5 minutos, bien caliente, espesita y con un muy buen sabor acompañada con el pan artesanal del lugar. La sopa dura un buen tiempo caliente así que puedes charlar sin preocuparte por que se vaya a enfriar. El pollo Pekín estuvo bien logrado, justo con el sabor particular que buscaba. Quizás la salsa va en contra de la receta tradicional china pero le da el sello distintivo de Crepes. La limonada venía con demasiado hielo y me hubiera gustado endulzarla con panela pero no tenían. Al servicio le falta bastante; la mesera estaba distraída e interrumpió varias veces a los comensales. Sin embargo, es entendible por la cantidad de demanda que hay a medio día. Pero creo que se puede mejorar. De todas formas, una de las mejores opciones para un almuerzo despreocupado en Bogotá.

La comida nunca decepciona y siempre hay buena música. La hamburguesa de la pampa (argentina) es exquisita. El servicio es bastante lento.

El empaque del crepe permite comer sin complicaciones. La comida es muy rica, incluso las ensaladas y los acompañamientos. El precio es justo y las porciones son relativamente grandes. No hay convenio con el parqueadero.

La comida es deliciosa!! pedí la hamburguesa de lentejas y estuvo buenisima. Las salsas son variadas y muy ricas. Sin embargo, el lugar (la cocinita verde) es demasiado pequeño..