No sé si se trató de la particularidad de un día, pero de tenerlo en mi memoria gustativa como un sitio delicioso a percibirlo en mi última visita como un sitio bonito pero de comida muy regular... Qué paso?!!!

Es una muy buena opción cuando no hay más opción, es el restaurante más predicible de Bogotá; casi siempre se sabe a qué te va a saber la comida, que sea dicho de paso, es adecuada. Recomiendo la pita griega y la sopa del sol. Hay una bebida que se llama elixir, que es una mezcla de guanábana y lychees muy interesante. Total, ya hace parte de la memoria colectiva de los bogotanos y estés donde estes es "inevitable".

El hecho de reservar con tiempo no garantiza una buena mesa, ni que tengan en cuenta para qué ocasión estas reservando. En cuanto al servicio; muy malo. Todos te tratan con cordialidad pero para terminar dejándote abandonado. La comida es muy buena, aunque tardan demasido tiempo en llevarla a la mesa. Particularmente, de entrada, el antipasto mediterráneo es una opción fresca y deliciosa, y de plato fuerte, recomiendo mucho los canelonis Tramonti. En suma, es un sitio para comer bien, si estás dispuesto a que te sonrían para tomarte el pelo.

La comida no es nada del otro mundo, no corresponde a su precio. El servicio también es muy normalito. Al parecer es un sitio más para tomar que para comer. El Margarita si es muy bueno. Para ser un restaurante mexicano el ambiente es muy apagado, por el contrario, la decoración es excelente, muy colorida, llena de íconos mexicanos y por supuesto, de todo el tequila que uno pueda imaginarse.

El lugar es mágico, es como entrar a la casa de un amigo de toda la vida. La calidez de Pascal y Jeannethe, sus prpopietarios, es única. La comida es extraordinaria, no importa lo que uno pida de la carta, cada plato es una maravillosa sorpresa al paladar... Lo mejor es dejarse tentar por los recomendados de Pascal. Excelente! En plus, pour les francophones debutants et avancés c'est un resto amical et accueillant pour y pratiquer la langue française avec Pascal.