La comida es buena, la relación entre precio y calidad es justa. Los vinos son muy buenos y la copa no sale cara. Se puede quedar lleno con 4 o 5 platos para 2 personas en una cena. Las lumpias de pato y el ceviche de chicharrón fueron lo mejor.

Muy rico y con buenas cantidades. El ambiente es agradable y relajado, y el servicio es muy atento. El ceviche y los sándwiches de atún y de salmón son deliciosos.

Tuvimos una muy mala experiencia, ya que el servicio del local fue totalmente insatisfactorio. Fuimos a desayunar en familia un domingo, se pidieron dos desayunos españoles, unos huevos revueltos y 3 bebidas. Las bebidas llegaron a los 10 minutos de haberlas pedido, y después de 15 minutos más de espera los desayunos no habían llegado. Después de preguntar muchas veces a los meseros tuvimos que acercarnos a la caja a quejarnos, y pudimos ver que los platos ni siquiera estaban siendo preparados todavía. Tuvimos que cancelar el pedido e irnos muy molestos, ya que ni siquiera nos dieron ningún tipo de disculpas o compensación. El chocolate en agua que pedimos, que fue lo único que pudimos probar, estaba delicioso, sin ser muy dulce ni muy concentrado. Sin embargo, el café (tinto), como el servicio, estuvieron pésimos.

Es uno de los mejores restaurantes que he visitado en Bogotá. El sushi es delicioso y de muy buen tamaño en relación al precio. Las personas son muy amables y la decoración es auténtica. El único problema es que el local es bastante pequeño, así que puede tomar tiempo conseguir una mesa, pero la espera definitivamente vale la pena.