No se puede hablar de ambiente pues están en los centros comerciales. Y el servicio, bueno en tanto que consiste simplemente en entregar el producto. Muy pequeño, falta asesoría por parte de los empleados. Demorado, rico, pero nada del otro mundo. Los combos incluyen una gaseosa pequeña y un paquete de papas margarita (eso es un insulto). Si se quieren papas a la francesa hay que pagarlas por aparte, a 4000 mil pesos. Por lo que se come ahí, en cualquier otro sitio se sale satisfecho.

Solía ser mi restaurante favorito en Bogotá. Desgraciadamente lo dañaron, incrementaron los precios y el servicio decayó, además que redujeron la comida al mínimo. Sigue siendo una buena pastelería pero como restaurante hay mejores opciones por ese precio.

La comida es buena, suuuuper costosa eso sí y los platos son pequeños. Es un pub, no un restaurante, la comida está pensada para ser acompañante de la bebida. Hay cervezas de todo tipo, incluso, si no la tienen intentan conseguirla o sugerir la más parecida. Sólo tuve un percance en el lugar, en semana santa fui tenían vallenato, huí despavorido, pero luego de un par de trinos, aclararon que sólo fue por un evento empresarial, me invitaron a volver con una cerveza a cuenta de la casa. Es un excelente lugar para ir a ver rugby y encontrarse con gente que sabe del deporte en Bogotá. La música en vivo no es de mi gusto personal, pero el audio es muy bueno, no es estridente. Al monkey hay que ir pensando en un bar europeo (con todo y sus precios) y no en un restaurante, ni en un vulgar bebedero. Es un sitio para ir a descrestar a alguien y darse un lujo. Por cierto, la variedad en cerveza sin alcohol y la posibilidad de servir platos vegetarianos, es muy buena. Veggie friendly!

Es el típico restaurante de fastfood mexicana. La comida es muy buena, los picantes los hay de todo tipo y ya. Pare de contar. Aparte del típico sombrero tapatío y un poncho, el ambiente no es la gran cosa. El servicio es bueno, eficiente. Las opciones vegetarianas son buenas. Un buen lugar para comer rápido e irse rápido. Saca de apuros en horario de oficina.

Excelente lugar, muy buen precio. La atención es muy buena y la presentación de la comida es algo que ningún otro restaurante vegetariano tiene. Las hamburgesas y las pastas son muy buenas. Este es el restaurante al que alguien que se está iniciando en el vegetarianismo debe llevar a la familia. Los postres son enloquecedores, logran que un niño de 7 años coma fruta! Muy bonita y llamativa la acción social que realizan con otros productos como souvenires. El manejo de redes sociales es muy bueno, pues las fotos no mienten respecto a lo que sirven. Excelente lugar, recomendado.

Este restaurante demuestra que ser vegetariano no es aburrido ni monótono, comida rápida deliciosa, opciones vegetarianas y veganas que nunca habría imaginado. Llevé a un amigo extranjero temiendo que por el lugar rechazara la invitación, pero la comida es tan rica que suple lo pequeño del lugar. Los chicos que atienden y cocinan son muy amables. Pero se puede mejorar muchísimo , está pensado como una tienda de comida rápida de barrio, algo muy casero. Tiene como plus que es súper económico, un salvador para los vegetarianos. Ojalá se expandan creen más sucursales, un restaurante un poco más sofisticado aunque sea más caro. La comida es simplemente excelente. los productos de la panadería sobrepasan en calidad a pastelerías 3 veces más costosas. Las empanadas vegetarianas son lo mejor que he comido. Si usted es vegetariano y no ha ido, está capando el mejor restaurante de Bogotá.

Si usted quiere explicarle a un extranjero lo kitsch y chabacán de nuestra identidad, llévelo a andrés. Comida regular, que usted podría comprar en cualquier lado, cobrada como si se tratara de un manjar de dioses. Lo único rescatable es el servicio de los meseros, en verdad esos chicos se esmeran por dar un buen servicio a pesar de lo pésimo de la comida. El ambiente, pues es una feria de camajanes, scorts, la farzandula criolla, familias normales con papás con cara de "debí llevarlos a otro lado", y extranjeros buscando colombianitas. Un lugar inmundo con mucho renombre que deja claro que Andrés Jaramillo es un génio del marketing pero pésimo chef.