Excelente comida y muy buen servicio, una forma diferente de probar nuestros platos típicos colombianos. El refajo Rausch muy recomendable.

Efectivamente la experiencia que tuvimos en Islamorada no fue la esperada, empezando por que no entendí como hacen la gestión y manejo de las reservas, yo escribí temprano en la mañana para hacer una reserva y me contestaron que ya estaban llenas y tenía que anotarme en la entrada a una lista de espera, hasta ahí todo normal, llegamos a eso de las 12:30, mientras esperábamos notamos que en el comedor habían bastantes mesas vacías, me imagino que de las reservas que ya tenían, y que muy probablemente ya tenían vencidas y no entendíamos por que habiendo tanta gente esperando afuera no la hacían seguir, no creo que sea rentable tener un restaurante con las mesas vacías, si una reserva se vence, listo se vence y asígnenla a un comensal que esté dispuesto a entrar. Durante la espera pedimos unas carimañolas y unas empanadas cubanas, las carimañolas estaban buenas pero las empandas cubanas (siendo rellenas de "ropa vieja") tenían la carne dura!, la verdad no entiendo como una ropa vieja tiene la carne dura... pero bueno no le prestamos mayor importancia y esperamos a ser sentados en la mesa. La atención de la mesera fue muy cordial y muy rápida, nos pasaron el menú y decidimos, pedimos un jugo de Piña con Hierbabuena y una limonada de fresa, de entrada un ceviche Tropical, y de plato fuerte para compartir un Boliche. Explícitamente pedimos que los jugos nos los trajeran sin azúcar y aun así nos los pasaron con azúcar (no big deal). El ceviche parecía que hubieran sacado los mariscos y el pescado, los hubieran lavado y los pusieron en el plato con la decoración... no sabían a nada... y 24 mil pesos? no los vale nunca ni en calidad ni tampoco en cantidad... después de eso nos trajeron el Boliche y esperábamos que el ceviche hubiera sido un error y con este plato compensarían la mala entrada, y lamentablemente no fue así, en el papel el plato sonaba muy bien, pero en la realidad? lo mismo que el ceviche, definitivamente no se sentían los sabores, ni del chorizo, ni de la carne, y la salsa muy pero muy acida para ser una reducción de vino, además pareciera que hubiesen usado un aglutinante que hacia parecer la salsa como hecha de gelatina de caja. El puré de yuca, simple y sin sabor y de nuevo $48 mil pesos? dios mío nunca me había sentido más decepcionado de un plato. Pedimos la cuenta y siendo consecuentes con el servicio, que fue amable y rapido pues dejamos la propina, porque definitivamente no hubo mala atencion, pero la comida que es la esencia de un restaurante si fue algo que nos dejó bastante decepcionados. Por parte nuestra definitivamente no habrá próxima ocasión.