Un gran sitio. Nos sorprendió ver fila para entrar. Eso daba una señal positiva de lo que nos esperaba. (Nada más asustador que un sitio vacío). La espera fue corta. Encontramos un pizza sencilla, pero muy muy rica. Nunca nos imaginamos salir tan sorprendidos y contentos. Pedimos la pizza de queso azul, cebollas caramelizadas y rúgula. (Increíble). También la de albahaca (sencilla, pero deliciosa). El ambiente estupendo con una banda de jazz muy buena. Eso sí, si se quiere comodidad, no es el sitio. Mesas pequeñas. Espacios reducidos. Algo de ruido. Para nosotros perfecto.