La atención, familiar y cálida. No hay carta ni es necesario, vale la pena entretenerse escuchando al chef, cuyo interés no es vender un plato de comida, como muchos otros lugares, sino una apuesta gastronómica saludable. De los tres tipos de plato hay uno que se puede adaptar para vegetarianos. Es cierto que se pueden acercar personas a pedir dinero o a vender objetos.