Creado para pedir y llevar. Sus cazuelas se pierden en la inmensidad de la crema, sopa, salsa. Sus patacones son sencillos, apanar el pescado, una mala costumbre que comparten muchos otros restaurantes. Las opciones se reducen a las croquetas, a los palos de queso y las empanadas, que no son regulares pero si cariñosas para el bolsillo, sobre todo cuando encuentras opciones mas baratas en otros establecimientos más rápidos y mas callejeros, eso si, la diferencia, ese punto aceitoso de grasa, que en pecositas han sabido eliminar, (o disimular). Los brownies y las trufas son ausentes de adn, es decir, no son ni extraordinarias ni reveladoras ni mucho menos emocionantes, son lo que son, para llevar. Su servicio es lento, y no recomiendo permanecer en su establecimiento ni siquiera con wifi incorporado, es eso, para llevar. Recomendado para clientes que chupan televisión todo el domingo sin saber lo que se meten en la boca.