Me sorprendió mucho este restaurante. El ambiente es muy placentero, es un sitio con ambiente tradicional pero acogedor. La carta es de comida del Caribe, pescados y mariscos. La comida deliciosa y un servicio profesional. Recomendada la mojarra. Las muelas de cangrejo muy ricas pero excesivamente pequeñas para el precio. El ambiente del balcón en el segundo piso, fantástico. Vuelvo.