Llegamos con muchas expectativas a este restaurante no sólo por los antecedentes de los hermanos Raush, sino también por los buenos comentarios que he leído del chef ejecutivo asignado a este lugar. Dos entradas, cuatro platos fuertes y un postre, todas las preparaciones deliciosas, particularmente el ceviche de pez león y tener en un plato de sal algo tan cartagenero y dulce como el enyucado fue una sorpresa particular. Para regresar sin dudas.